Desde que publicara su homónimo debut, que contenía algunas de las mejores canciones de 2013, El Último Vecino no ha dejado de crecer. Gracias a la solidez de composiciones como ‘Un sueño terrible’ (la más escuchada en Spotify) o ‘Los Ángeles’ (nuestra favorita y la suya) y de su sorprendentemente buen directo, el proyecto de Gerard Alegre Dòria se ha consolidado. Este año, de haber seguido la estrategia generalizada de editar disco inmediatamente después de un debut (Oasis, Suede, Planetas, Vaccines, casi todo el mundo), lo suyo habría sido tener un segundo álbum de El Último Vecino que los catapultara al olimpo de los «grupos» nacionales más importantes del país. Pero de momento tenemos que conformarnos con este EP de tres canciones cuya principal novedad es una mejora en el sonido, que ya no parece propio de una cinta desenterrada (el efecto era deliberado). Se mantiene, eso sí, el gusto por los riffs post-punk y las ambientaciones ochentero-surrealistas. El corte titular está a la altura de sus mejores canciones gracias a la potencia de unas estrofas que parecen estribillos (incorporando el nombre ‘Tu casa nueva’) y el estribillo en sí no decepciona entre los clásicos «uuuh uuuh», los punteos y los sintetizadores. ‘Sin ni tan siquiera’ es un breve corte que sirve como intermedio antes de que llegue la espada de Javiera Mena en ‘Culebra, columna y estatua’, un tema que parece aunar líricamente ‘Amante bandido’ de Miguel Bosé y ‘Disfraz de tigre’ de Hidrogenesse. No supone, como ninguna de estas canciones, un enorme paso adelante en la carrera de El Último Vecino, pero digamos que sus falsos finales incitan lo suficiente a volver a pulsar el «play».
Calificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘Tu casa nueva’, ‘Culebra, columna y estatua’
Te gustará si te gustan: los primeros The Drums, The Smiths, Orange Juice
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