Pero en los detalles está el encanto de Matrimonio y aquí hay más de los que parece. La ya conocida sierra de Marc Ribera de Doble Pletina, añadida en ‘La travesía’, o la melódica en ‘Hazlo ya’ cumplen la misma función: subrayar la composición sin que te des cuenta apenas de que los arreglos están ahí, casi escondidos en medio del minimalismo sonoro que identifica al dúo (una guitarra y una percusión minúscula es su base principal). A esta última intimista canción sucede en la secuencia, probablemente por contraste, ‘Quiero ser ley’, un tema con una percusión mucho más marcada, contribuyendo a la solidez del tracklist.
También merece la pena destacar la honestidad de unos textos que son sencillos pero con los que es imposible no empatizar. La frustración sexual la encontramos en metáforas tan resultonas como «cada día junto al mar y sin saber nadar, solo chapotear» (‘Tú y yo’); el miedo al abandono en el «no seré yo el que se mueva de esta casa» (‘Esperando’); mientras la mala suerte es protagonista de ‘Más comprensión’ y la necesidad de luchar de ‘La travesía’. Aunque sin momentos gloriosos o históricos, está claro que el pequeño disco de Matrimonio conecta con la gran sensibilidad de otros proyectos de la tradición pop de nuestro país como La Buena Vida o Lorena Álvarez.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Hazlo ya’, ‘Esperando’, ‘Tú y yo’
Te gustará si te gustan: Moldy Peaches, La Buena Vida, Vainica Doble
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