«Kanye West y Paul McCartney, dos grandes compositores, han dado en ‘Only One’ con una canción pequeña que en absoluto representa el alcance del talento de sus autores. Se queda, a pesar de su preciosa historia (conecta a la madre de Kanye con su hija), en una composición mona, de bonito riff de piano y melodía vocal, pero poco más. Y no, no es tan espantoso ese vocoder: lo peor de ‘Only One’ no es su recuperación del sonido ‘808s & Heartbreak’, sino que de la unión de dos genios como West y McCartney haya salido algo de tan poco impacto». JB.
«Después de ‘Yeezus’ nadie vio venir este cambio. Este ‘Only One’ que cuenta con la colaboración anecdótica de un tal Paul McCartney enlaza directamente con aquella obra maestra infravalorada que fue ‘808s & Heartbreak’. Esta carta de amor a su hija cantada desde el punto de vista de su madre puede pecar de muchas cosas, pero es innegable que West es uno de los mejores músicos de la actualidad y que tiene lo que hay que tener para lanzar algo así y defenderlo con orgullo. Yo fui el primero que afirmó que no iba escucharla mucho y ya he superado mis propias expectativas. Ahora nos queda saber si esto es sólo un capricho del artista o si será el sonido que marque su esperado nuevo disco. Sea lo que sea, in West we trust». ACM
.«Si acababas de nacer o no habías nacido en 1982, probablemente la primera vez que escuchaste ‘Thriller’ alucinaste con el hecho de que la colaboración de Michael Jackson con Paul McCartney fuera el primer single del disco (en lugar de ‘Billie Jean’, ‘Beat It’ o ‘Thriller’). ‘The Girl Is Mine’ era un grower y su producción, exquisita, pero la escucha de la conversación al final del tema entre los dos protagonistas hasta incomoda a día de hoy. A ese clavo ardiendo (a la idea de que puede existir una obra maestra incluso con un primer single que no te convence al 100%) hay que agarrarse al pensar en lo próximo de Kanye West, quien ha grabado hasta nueve canciones con el ex Beatles para su inminente disco. ‘Only One’ ya es el primer top 40 de McCartney en Estados Unidos desde 1989, pero que nos alegremos por él no impide que estemos ante una composición muy justita, de letra muy mediocre (me ha hecho gracia la inclusión de la palabra «wings» teniendo en cuenta su autoría… y poco más) y final infumable». Sebas E. Alonso.