‘Victor Ros’: las comparaciones son odiosas

Si la ficción patria acudiese a una sesión de psicoanálisis, el especialista no dudaría ni un minuto en su diagnóstico: complejo de inferioridad. Solo así se entiende esa nueva moda que lleva a a todas las series que se estrenan a día de hoy en nuestro país a ser presentadas por sus responsables con las mismas coletillas, del tipo «podría ser de la HBO» o «si se estrenase en la BBC, la gente se la bajaría».

Más allá del tópico cañí, hay que decir aquí varias cosas. La primera, que si estas coletillas sirven para que la producción de series española avance, por poco que sea, por caminos por ahora intransitados, bienvenidas sean. La segunda, que estas declaraciones tienden a ser más deseos de los productores que hechos de facto. Y la tercera, que ni todas las series extranjeras son tan buenas, ni muchas de las españolas llegarían siquiera a grabar el piloto en mercados más exigentes.

Movidos por esta tendencia, a los responsables de ‘Víctor Ros’, la nueva miniserie de La 1, les ha faltado tiempo para compararse con ‘Sherlock’. Y hay que decir que les ha salido el tiro por la culata, y que desafortunadamente no salen demasiado bien parados. La adaptación de las obras de Sir Arthur Conan Doyle al Londres contemporáneo es inmaculada, mientras que la adaptación de las novelas de Jerónimo Tristante a la pequeña pantalla es un tanto más torpe.

Solo así se entienden los larguísimos parlamentos -copia directa de la serie británica- en los que el joven detective madrileño explica cómo ha resuelto el caso. Mientras que el detective británico tiende a dar pinceladas, y a recordar nimiedades que el espectador pasa por alto al considerarlas irrelevantes, los monólogos de su homólogo castizo necesitan de una buena explicación, que a veces incluye pelos y señales de relaciones entre personajes a los que prácticamente ni habíamos visto. Aquí radica el primer error: la gracia de ‘Sherlock’ es que te hace creer que tú podrías haber resuelto el caso (¿nadie se acuerda de las teorías de la segunda temporada?), pero los casos de Víctor Ros tienen una solución tan compleja que el televidente se pierde por el camino.

Otro de los puntos débiles es la ambientación, de la que también han alardeado en demasía sus responsables. Como es imposible recrear el Madrid de finales del siglo XIX ahora que el Ayuntamiento se ha dedicado a pavimentar plazas a diestro y siniestro, los expertos se han valido del croma y los efectos especiales para hacerlo. Y hay que decir que si bien se valoran estampas como la de la Plaza Mayor ajardinada, o esos tranvías recorriendo la Puerta del Sol, el resultado es algo más pobre de lo que estábamos esperando, especialmente si lo comparamos con otras series ya veteranas por estos lares.

Aun así, hay que remarcar esta apuesta de la televisión nacional por una ficción de corte un tanto más adulto, y se agradece todavía más la incursión de Movistar en el inhóspito terreno televisivo de nuestro país. ‘Víctor Ros’ se ha estrenado esta noche en La 1, pero lleva desde mediados de año disponible en Movistar Series, y la operadora ha estado muy implicada en su producción (y financiación, obvio). Si esto nos lleva a terminar estrenando cosas como ‘Orange Is The New Black’ o ‘Transparent’, no podemos hacer más que alegrarnos.

Calificación: 5,5/10
Destacamos: Carles Francino puede convertirse en un sex symbol. Al tiempo.
Te gustará si te gustaría: que Sherlock Holmes bebiera vermú.
Predictor: asistimos a un momento muy interesante, valorando cómo ha afectado la disponibilidad en VOD a una serie que hasta hoy no se había estrenado en la televisión generalista.

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Publicado por
Lolo Rodríguez