Los creadores de esta rara avis en la ficción patria no son otros que Pablo y Javier Olivares (‘Isabel’, ‘Pelotas’, ‘Los Serrano’), viejos conocidos de la pequeña pantalla que ya han dado un par de veces en el clavo, pero que esta vez aciertan de pleno.
Y eso que la trama pintaba regulera, porque de tan creativa corría un grandísimo riesgo de convertirse en un pastiche sin par. A saber: el único secreto del Gobierno de España es el Ministerio del Tiempo, un lugar encargado de frenar a forajidos viajeros de otras épocas empeñados en cambiar la historia española. El cometido del Ministerio es, de hecho, reunir brigadas multidisciplinares que se encarguen, precisamente, de preservar el pasado.
Visto así, resulta difícil creer que el texto funcione. Pero vaya si funciona. Funcionan incluso unos magistrales golpes de humor en los que se mezclan presente y pasado; y por descontado funcionan los momentos emotivos, encajados de manera increíble en un guion sorprendente en el panorama televisivo español. Es precisamente ahí donde reside, a mi juicio, la fortaleza de ‘El Ministerio del Tiempo’, en que la serie huye de todo tipo de efectismos y artificios. Sirva como ejemplo la forma de viajar en el tiempo, en la que no existen ni máquinas futuristas ni nada que se le asemeje: basta con una enorme escalera de caracol rodeada de pasillos con puertas.
Definitivamente, una serie a tener en cuenta. Queremos más como esta, por favor.
Calificación: 8,5/10
Destacamos: ese momentazo con los Hermanos Alcázar en la Gran Vía. Puede que no todo el mundo haya pillado la referencia de «los jevis de Gran Vía», pero son dos celebridades de la capital de España.
Te gustará si te gustó: esta es fácil, ¡’Terminator 1′! (se entiende viendo la serie). También ‘Doctor Who’.
Predictor: ojalá triunfe por todo lo alto.