El ejemplo más reciente es ‘What Kind of Man‘ de Florence + the Machine, escogido top 1 por nuestros lectores por cuarta (y última) semana consecutiva. El sencillo es espectacular pero a su vez tan cinematográfico en su compendio de blues, rock de estadio y drama a borbotones que un único visionado de su denso videoclip, dirigido por un Vincent Haycock en estado de gracia, se las arregla para convencernos en un abrir y cerrar de ojos de que el tema es una obra maestra. Por estructura, sin ir más lejos, el tema parece compuesto específicamente para una creación visual. Lo mismo se puede decir de toda la carrera de iamamiwhoami u OK Go: canciones convertidas en maravilla gracias a sus magníficos acompañamientos visuales.
A menudo, también, un gran videoclip puede impulsar el éxito de la canción a la que acompañe, como evidentemente fue el caso de ‘Chandelier‘ de Sia, que solo empezó a escalar puestos en las listas de verdad tras la viralización de los impresionantes movimientos de Maddie Ziegler, o el de ‘Blank Space‘ de Taylor Swift, una canción francamente normalita convertida en exitazo gracias a su hilarante vídeo. En mayor o menor medida, también, ‘Uptown Funk‘ de Mark Ronson y Bruno Mars no sería hoy el mayor éxito del momento sin su divertidísima y ultra imitable, me atrevo a decir incluso icónica, propuesta visual. ¿Y qué decir de ‘Anaconda’ de Nicki Minaj y sus 400 millones de visitas en Youtube? Porque precisamente ha sido el visor de Google quien ha terminado siendo el perfecto sustituto de MTV, incluso contando en la elaboración del Billboard Hot 100.
En contadas ocasiones, por otro lado, varios singles clásicos terminan resultando absolutamente indisociables de sus vídeos. Obvias referencias en este sentido son ‘Thriller‘ de Michael Jackson, ‘Nothing Compares 2 U‘ de Sinéad O’Connor o, más recientemente, ‘Wrecking Ball‘ de Miley Cyrus y ‘Hideaway‘ de Kiesza, por no hablar del emblemático señor bailarín de ‘Lonely Boy’ de The Black Keys. Cualquiera diría que estas canciones tenían a sus símbolos escondidos en los espacios blancos de sus pentagramas y solo necesitaban al director o directora adecuados para encontrarlos y sacarlos a la luz.
El arte del videoclip, por supuesto, es asimismo el arma promocional perfecta para sellos independientes cuyos fichajes no mueven tantas copias como una Lady Gaga (ejemplo de canción mejorada con vídeo: ‘Yoü and I‘ ) o una Rihanna (ejemplo de canción mejorada con vídeo: ‘We Found Love‘) y son, por tanto, artistas de difícil acceso o alcance comercial.
Quizás, por eso, estos tienden a lo artístico y vanguardista, como por ejemplo ‘Congratulations‘ de MGMT o prácticamente toda la videografía de Xiu Xiu. ‘Lake Tahoe‘ de Kate Bush, ‘Espada‘ de Javiera Mena, ‘Lust for Life‘ de Girls o ‘Los adolescentes‘ de Dënver, por mencionar algunos, son también muestras del poder de un buen videoclip en la apreciación personal de una canción determinada. Y se lo agradecemos porque todas estas canciones, sin duda, ganan y mucho gracias a sus vídeos o incluso no serían las mismas sin ellos.