Entradas agotadas para ver anoche a La Bien Querida en el Teatro Lara de Madrid: la campaña de tres EP’s conduciendo -por carretera comarcal- hacia su cuarto disco, una de las mejores que recuerdo en el mundo independiente español, parece haber dado sus frutos. Ana y David se presentan en esta gira, como anunciaron, en formato trío acompañados de Frank Rudow, entregándose a un sonido electrónico y sombrío que muy pocas veces deja lugar a las palmas por mucho que el público se empeñe en darlas en canciones como ‘De momento abril’, en realidad interpretada con vibraciones a lo Alan Vega.
No hay tanto lugar para lo folclórico en su nuevo directo como en su primer álbum, pero sí para un histrionismo próximo a Raphael. Ana Fernández-Villaverde, que esconde su seriedad con tres grandes focos a la espalda y una tonelada y media de humo blanco que resultó completamente excesiva en ‘Crepúsculo’, se desata extendiendo los brazos en momentos como ‘Ojalá estuvieras muerto’ o ‘Muero de amor’, convenciendo con sus movimientos y confianza en sí misma donde con potencia vocal no siempre puede. Y es que el Teatro Lara no es un bar de copas, sino el escenario más duro para un grupo, en tanto que el mejor para buscarle las costuras. Lo que en una sala normal puede resultar deliberadamente salvaje, en este lugar se torna por momentos involuntariamente caótico, como sucedió en ‘9.6’ después de una bonita intro con punteos eléctricos.
Con estas pequeñas trabas se terminan los defectos de un directo que cuenta ya con un setlist de órdago, uno de los mejores del país. Comenzando con una ‘Hoy’ algo deslucida por la gente que aún entraba al teatro por estar tomando en el hall su cerveza gratuita, y siguiendo con ‘Música contemporánea’, ‘Arenas movedizas’ o ‘Alta tensión’, el repertorio se muestra inmejorable cuando aún no han sonado cortes como ‘Poderes extraños’, el encargado de cerrar el show antes del bis, con David Rodríguez pidiendo al público levantarse «a bailar bakalao», o ‘A veces ni eso’, terminando definitivamente el concierto.
Entre las favoritas esta vez, una ‘Vueltas’ que conecta con los mejores Mecano (los del primer disco) o una ‘Sentido común’ en la que Ana aparece perfectamente alineada con los dos músicos tocando de espaldas. No sobra ninguno de los temas, en cualquier caso, hasta el punto de que nadie nota que faltan ‘Carnaval’, ‘Luna Nueva’, ‘Monte de Piedad’, ‘Noviembre’, ‘Queridos tamarindos’, ‘Me quedo por aquí’ o ‘ADN’. ¿Cuántos temazos tiene ya esta mujer? 7,5.
Foto: Elefant.