Reina Republicana / El Despertar

‘El Despertar’, segundo trabajo de Reina Republicana, vino precedido de ‘Ahora que hace bueno‘, un single que, acompañado de la consabida nota de prensa, garantizaba sonidos más atmosféricos, más guitarras distorsionadas y muchos caramelos pop envenenados. Y, efectivamente, así ha sido. En los apenas 35 minutos que dura ‘El despertar’ encontramos ritmos krautrock, psicodelia, sonidos dream pop y, sobre todo, POP. Así, en mayúsculas. Hasta ‘Mikoyan’, que quizá sea la menos accesible, es un trallazo que debería estar destacada en cualquier playlist de Spotify con lo mejor del año.

Con ecos de los mejores Raveonettes, Sonic Boom, The Jesus and Mary Chain y The Radio Dept, Reina Republicana consiguen no sólo uno de los discos nacionales destacados del 2015 sino también uno de los mejores «segundos discos» que he tenido el gusto de escuchar. Y, ojo, las reconocibles influencias que afloran en la escucha no hacen que la propuesta de los pamploneses pueda ser tildada de impersonal. ‘Catedral de Cristal’ necesita que entre la voz de Maite para que dejemos de pensar en los Radio Dept haciendo una versión de ‘Sprawl II’ acelerada. Lo que sí que no podemos dejar de pensar es que como alguien le pase el disco a Sofia Coppola, la tipa se va a volver loca.

Desconozco qué clase de ciclotímico es el responsable de que después de ‘Catedral de Cristal’ vaya ‘Baja la voz’ pero quiero aprovechar esta oportunidad que se me brinda para mandarle un cordial saludo. Cualquier mal que tengas va a desaparecer en cuanto escuches «vuelvo a sonreír aquí, junto al mar, para naufragar ya están los demás». Otro tanto ocurre con ‘Respirar’, una de las pistas con letra de Manu Ferrón (otras son de Sebas Puente, Txema Aznar, Miguel Sádaba o Maite), con la que es imposible no pulsar el «repeat 1» en cuanto acaba.

A veces da un poco de pena que Israel Medina y Maite Rodríguez hayan publicado sólo dos trabajos porque no quiero ni pensar lo que serán capaces de hacer cuando vayan por su octava entrega. También da un poco de pena tener 35 años y seguir ilusionándote con un grupo, pensar en que sería muy guay que vendiese millones y que estuviese en todos los festivales nacionales tocando a una hora decente y no a las 5 de la tarde para 4 gatos. Da pena porque la experiencia ya se ha encargado de demostrarme que eso no va a pasar y yo sigo en mis trece. Si por mi fuera, iría todas las tardes con un coche y un megáfono con ‘Sin mirar atrás’ a todo lo que da haciendo campaña.

No me corresponde a mí analizar por qué para determinadas bandas dedicarse a la música es poco menos que una travesía en el desierto. No seré yo quien diga que los festivales de música, a los que vamos sin rechistar, lejos de servir como oportunidad a grupos que no gozan de un apoyo masivo, sirvan para todo lo contrario. Lo que sí que puedo decir es que agradezco mucho que determinada gente -y hablo de grupos como Tremenda Trementina, Reina Republicana, Tulsa o los ya difuntos Klaus & Kinski– hayan tenido el detalle de meterse en mil marrones para que yo pueda comprar sus cd’s y vinilos y disfrutar de su música. Porque, a diferencia de lo que argumenta Víctor Lenore, no es cuestión de hacerte el listo escuchando grupos indies, es cuestión de que escuchándolos eres, al menos en mi caso, bastante más feliz.

Calificación: 8/10
Te gustará si te gusta: sentirte el puto amo de la barraca cuando vas escuchando música en el metro o levitar en la cama.
Canciones destacadas: ‘Respirar’, ‘Sin mirar atrás, ‘Catedral de Cristal’, ‘Baja la voz’, ‘Ahora que hace bueno’.
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Nicolás del Moral