Tidal: los músicos plantan cara a los servicios de streaming

Aunque muchos medios están anunciando su disponibilidad solo a día de hoy, si sois fans de otras plataformas de streaming en Facebook, ya habréis visto alguno de sus anuncios. Tidal lleva unas cuantas semanas apareciendo en nuestros monitores al grito de «¡Hola, Madrid» y «¡Hola, Barcelona!» (que hayamos visto hasta el momento); amén de llevar esas mismas semanas abierto para que cualquiera con un mínimo de interés haya echado ya un vistazo.

Claro, que no ha sido hasta que no ha aparecido la cuenta atrás en su página web que el mundo ha pensado «con esto va a pasar algo».

¿Qué es?
Tidal no es más que la apuesta de Jay-Z y un nutrido grupo de artistas célebres por un streaming en alta definición. A diferencia de otras plataformas y servicios, incluyendo aquí Spotify y Deezer, pero también iTunes y otras más enfocadas al público americano com Rdio; Tidal apuesta por ofrecer música en altísima calidad, en formato lossless. Esto es, utiliza un sistema de compresión sin pérdida que, a diferencia del MP3 o de otros sistemas de compresión utilizados en otros servicios, no deja fuera del archivo parte de la canción. ¿No terminas de entender el tema? Pues ellos se encargan de explicarlo en un vídeo.

Al tratarse de un servicio de streaming, hay otros dos datos importantes: el primero es el catálogo. Tidal dice tener, de momento, 25 millones de canciones. Algo menos que uno de sus rivales más fuertes, Spotify (unos 30 millones aproximadamente). El otro, su compatibilidad: cuenta con un reproductor en la web (aunque el servicio lossless solo está disponible en Chrome) y con sendas aplicaciones para iOS y Android. También es compatible con algunos sistemas de reproducción de audio tipo Sonos.

¿Por qué tanto revuelo?
Parece que Tidal está consiguiendo lo que ningún otro servicio de streaming ha conseguido antes: el apoyo no solo de la industria discográfica, sino también de muchos artistas de renombre. Estos no solo han cambiado hoy la imagen de sus perfiles de Twitter volviéndola azul (el color corporativo de Tidal, que por otro lado, significa «marea» en inglés); sino que también aparecían en un video promocional. Daft Punk, Madonna, Calvin Harris, Coldplay, Beyoncé (hombre, sería grave que ella no saliera)… estaban todos. Y de hecho, todos han sido anunciados como «propietarios» del servicio en su presentación. Madonna incluida, y de cuerpo presente.

Según Billboard, cada una de estas 16 superestrellas tiene un 3% de la compañía (3×16 son 48, para los que sois de letras): Alicia Keys, Win Butler (Arcade Fire), Régine Chassagne (Arcade Fire), Beyoncé, Calvin Harris, Chris Martin, Daft Punk, Jack White, Jason Aldean, J. Cole, Kanye West, Deadmau5, Madonna, Nicki Minaj, Rihanna y Usher. El resto pertenece a Jay Z, otro inversor y los sellos.

Por estar, en Tidal estará hasta Taylor Swift, que hace poco retiró enfadada su música de Spotify, quejándose por su modelo freemium (la posibilidad de escuchar música oyendo anuncios, y no solo pagando).

Ahora empezamos a preguntarnos si todos estos artistas que apoyan Tidal no seguirán los pasos de Taylor Swift. Hablando de grandes nombres como hablamos, podrían suceder dos cosas: sería un completo desastre para ellos, incentivando aún más la piratería o asestaría un golpe de gracia al mercado del streaming. El hecho es, de todos modos, bastante improbable: por mucho que los artistas estén al mando, Apple está a punto de presentar lo que sería su servicio de streaming tras la adquisición de Beats. Sinceramente, parece harto difícil que estos artistas quieran arriesgarse a quedarse fuera de la potentísima iTunes en Estados Unidos.

¿Dónde está el misterio?
Evidentemente, todas estas «ventajas» de Tidal vienen con un precio marcado. Por 9,99€ tienes el servicio básico, con calidad estándar, acceso a los contenidos editoriales (sí, también va a ser un servicio de recomendaciones) y vídeos en alta calidad.

Por diez euros más (19,99) tienes acceso al servicio exclusivo en alta definición. Un precio sensiblemente más alto que el de sus competidores. Tidal no cuenta con una suscripción gratuita sufragada con publicidad.

¿Tendrá éxito?
Es difícil de predecir, pero ahora mismo parece que se trata de un producto muy enfocado a hombres (hemos flipado con este anuncio) y a frikis del sonido. Porque a nadie se le escapan tres cosas:

1) Para realmente disfrutar de una calidad de sonido superior, no te vale cualquier equipo. Necesitas una inversión en altavoces y en auriculares; no valen los que traen el Samsung o el iPhone de fábrica.

2) Más calidad significa archivos más grandes. Y aunque cada vez nuestros dispositivos cuentan con más almacenamiento, nosotros cada vez tenemos más diógenes electrónico, guardando correos, fotografías y vídeos por doquier. Tidal requerirá una enorme cantidad de espacio en la memoria de tu smartphone para que puedas realmente disfrutarlo.

3) Un poco al vuelo de lo anterior, la calidad de las conexiones en España es bastante mala. Transmitir audio en alta definición puede provocar más de un dolor de cabeza a un usuario básico de ADSL, y teniendo en cuenta lo escaso de nuestras tarifas de datos, es bastante improbable que un usuario de Tidal diga «me falta esta canción, voy a sincronizarla» mientras esté desconectado de su red Wi-Fi preferida.

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