La elección del primer single, ‘Chinches’, entre todas las que podrían haberlo sido, es discutible, pero tampoco errada, pues estamos ante la típica composición hipnótica marca de la casa, con un final propio de canción popular o infantil; una letra surrealista que parece entonada, en efecto, desde el punto de vista de unas chinches al ataque (“la fiesta intravenosa más jugosa que cualquier actividad”, “ahora llevas dentro algo nuestro y nosotras tu sabor” y “arte en erupción” son algunos de sus emblemas); y sobre todo un sonido old-school a lo ‘Slow’ de Kylie, complementado por una sección de cuerdas disco.
Más grandilocuente y ambiciosa todavía suena ‘El golpe’, con una vocación de himno tan clara que parece un rompepistas de Rudimental entonado por John Newman, todo ello sin que -de nuevo- se renuncie a su sonido sintético identificativo. Algo que tampoco pasa durante ‘Me falta algo’, un tema medio rumbero que recuerda a La Casa Azul, etapa ‘Yo también’.
‘Amatria’ muestra a Antequera realmente cómodo tanto en los medios tiempos tipo ‘Hay miedo’ como en cortes más bailables como ‘La buhardilla’ y en épicos como el que parece el tema de cierre, ‘Atarax’. Tanta personalidad tiene Joni que logra hacer suya ‘La copa de Europa’ de Los Planetas sin que apenas te des cuenta, poco después de lograr toda la empatía del mundo hablando de la tristeza de ‘El perro del vecino’, cuando en realidad sus mensajes habían tendido largo rato hacia lo críptico.
Tan confiado está en su proyecto (y eso es bueno), que después de un remix cierra el disco con toque folclórico: el Amatria que se rindió a la música peruana en el tema de su primer disco ‘Dolorosa’ y a los sonidos españoletes en ‘A sotavento’ del segundo se arranca ahora con ‘El canto del Abu’. Que se aparten los Astrud de ‘Café con cebolla’…
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Me falta algo’, ‘Chinches’, ‘Hay miedo’, ‘El golpe’
Te gustará si te gusta: La Casa Azul, Klaus & Kinski, Bravo Fisher, él mismo
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