O quizá, visto el nivel de su última película, lo que le faltaba era experiencia. ‘Convicto’ no es una «redonda obra maestra», pero sí su mejor trabajo hasta la fecha. Mackenzie ha realizado un furioso relato carcelario donde combina, de forma muy equilibrada, el realismo más sucio y crudo con el drama más emotivo, el cine de denuncia (la parte más floja) con los conflictos paterno-filiales. La cárcel de ‘Convicto’ recuerda a la de ‘Un profeta’ (2009), un espacio lleno de violencia verbal y física, de tensión permanente, donde no solo es imposible reinsertarse, sino casi sobrevivir. Un lugar creado para el castigo donde la disciplina y la paz social (no la personal) se mantienen sobre amenazas, torturas y corruptos pactos de poder.
Tan visceral y salvaje como una pelea entre hooligans en un ascensor, ‘Convicto’ destaca también por su trasfondo dramático. El director establece una red de relaciones entre presos, terapeutas y carceleros (además de la relación padre-hijo) tan creíbles y emotivas como la más cruda de las escenas de violencia. La película funciona igual de bien como áspero retrato de un microcosmos en ebullición que como una (in)tensa descripción de una sesión de terapia entre presos especialmente conflictivos.
‘Convicto’ está protagonizada por un adolescente más irascible que los de ‘Hermano Mayor, un pit bull enjaulado que no dejará de morder hasta que le maten. La rabiosa interpretación de Jack O’Connell (y sus desnudos, para qué negarlo) alborotaron la escena británica de tal manera (también tuvo culpa la magnífica ‘71‘) que sus ecos llegaron hasta Hollywood. Angelina Jolie fue la primera en llevárselo (‘Invencible’) y Jodie Foster la segunda (acompañará a George Clooney y Julia Roberts en ‘Money Monster’). Vamos, que ha nacido una estrella. 8.