El contrato en cuestión estipula en una de sus secciones que Spotify accede a pagar por adelantado 25 millones de dólares a Sony por dos años de contrato pero, de manera cuestionable, no detalla exactamente cómo puede Sony utilizar este dinero. Según fuentes citadas por The Verge, es habitual que los sellos se queden los adelantos de los pagos para sí mismos en lugar de repartirlos equitativamente.
En otra cláusula llamada «nación más favorecida», Spotify está obligado a igualar su mejor acuerdo con otros sellos con Sony para asegurar que no se queda atrás en el ingreso por pago de derechos de autor. Por si fuera poco, los sellos cobrarían en total el 60% de los ingresos generados por Spotify, repartiéndoselo después dependiendo de qué artistas y sellos se tratase.
The Verge escribe que «vale la pena preguntarse, dadas las mil formas en las que Sony sale victorioso del contrato, exactamente a quién deberíamos culpar por los mediocres ingresos que los artistas reciben del streaming y de los que artistas como Taylor Swift tanto se han estado quejando, si a los sellos o a los servicios de streaming».
El contrato ha sido retirado de las páginas de The Verge en las últimas horas, aparentemente por petición de Sony y un problema de «derechos de autor».
Seguramente no ajenos a la filtración de este contrato, Spotify ha anunciado novedades en su servicio. La más interesante es que Spotify introducirá el streaming de vídeos a su plataforma, con el que sus usuarios podrán ver programas de televisión -de momento exclusivos a Estados Unidos- programas de radio o charlas por los propios dirigentes de la compañía.