Edurne quería actuar en la segunda mitad y así fue, y además subió al escenario rodeada por dos medianías como las de Rumanía y Hungría: las dos quedaron algo mejor, por lo que no queda otra opción que realizar autocrítica. Si bien hemos notado cierta dejadez en TVE al acudir al festival con canciones e intérpretes tan mediocres como El Sueño de Morfeo en su peor momento de popularidad, con un tema que ya nadie recuerda, o Lucía Pérez con una canción que no le gustaba ni a ella, esta vez parecían tener las intenciones de ganar: un medio tiempo compuesto por los responsables de ‘Euphoria’ de Loreen (así como por Tony Sánchez-Ohlsson, co-autor de ‘Quédate conmigo’ de Pastora Soler, que había llegado al top 10 del festival), una coreógrafa profesional pendiente de cada paso, un bailarín musculado y semidesnudo capaz de elevar a la cantante por los aires… La propuesta no estaba mal. ¿Entonces qué ha pasado? El problema es que era demasiado «euphórica». Sin ser un autoplagio, utiliza trucos estructurales y escénicos realmente similares (subidón, chica luchando contra chico, etcétera). En definitiva, hemos mirado a Suecia mientras ellos miraban hacia el futuro y ganaban con una cosa ya completamente diferente que era puro espectáculo.
Ahora que el jurado cuenta la mitad, el voto friki queda anulado y parece difícil que una canción tan claramente inspirada en otra que ha ganado pueda llegar demasiado lejos. Los expertos rechazan las imitaciones y en gran medida, también el público. Si atendemos las canciones que han ganado en los últimos 15 años, podemos observar que casi no tienen nada que ver entre sí. Después del éxito de ‘My Number One’ de Helena Paparizou, no volvió a ganar una canción de tintes tan mediterráneos, aunque se presentaron unas cuantas. Tampoco volvió a ganar nada parecido a Lordi, aunque se han presentado varios grupos rockeros. Tampoco ha repetido victoria una canción pop tan fresca como ‘Satellite’ de Lena, y ‘Heroes’ es la primera canción tipo Guetta y Avicii que se alza con la victoria. Echando un poco de imaginación podríamos vincular el pop con elemento folclórico del tema que ganó por Noruega en 2009 (‘Fairytale’) y el tema que ganó por Dinamarca en 2013 (‘Only Teardrops’), pero lo normal es que gane un tema que no suene demasiado a otro que haya triunfado antes. En otras palabras, esperar que Edurne ganara con esto, es como esperar que ganara la griega porque su canción tenía un final muy James Bond, similar al ‘Rise Like a Phoenix’ de Conchita Wurst. La canción griega quedó 19ª.
El top 10 de Eurovisión 2015 incluye varias canciones bastante notables, y todas tienen en común no parecerse demasiado a otras que han triunfado en el festival, lo que incluye canciones favoritas de la redacción como la modernísima de Letonia (ojo, fue segunda para el jurado), y temas que odiamos como el de los Il Divo de Italia, Il Volo. También hay que elogiar la originalidad de Bélgica y su puesta en escena, mucho menos oscura que Lorde en definitiva, o la de las baladas de Estonia y Noruega. Especialmente Loïc desde Bélgica y Aminata desde Letonia hasta han despertado nuestra curiosidad más allá de sus temas para este festival.
El jurado valoró positivamente estas mencionadas propuestas y castigó severamente a España, además de la «eurovisiva» y manida canción de Serbia o la canción griega. Por último es destacable el gran número de parejas surgidas este año tras el éxito de Common Linnets el año pasado, que aunque quedaron segundos por Holanda vendieron más que Conchita Wurst. Tantos han intentado imitarlos que demasiadas parejas han tenido este 2015 que competir entre sí, probablemente perjudicándose los unos a los otros. Menos mirarse lo que ha ganado y más pensar en canciones que por su frescura y originalidad puedan atraer voto de crítica y público. Que tomen nota las delegaciones pertinentes.