‘Vis a vis’, sin prescindir de su dosis de humor negro (esas bromas sobre la Pantoja), no es ningún «dramedia» ni tendría la tentación de competir en comedia por ningún premio. Es abiertamente una serie de acción con grandes tramas paralelas desarrolladas fuera de la cárcel y más elementos en común con ‘Prison Break’ de lo que pueda parecer. Sería sin duda una versión descafeinada, como mostró el decepcionante final del capítulo en el que a un personaje le iban a cortar los pezones (cambiando «pezones» por «dedos de los pies», así acababa el episodio 2 de la serie norteamericana, que por cierto volverá el año que viene), pero es lo más parecido que de momento podemos llegar a tener.
Porque hay quien dirá que no puede quitarse de la cabeza que esto sea una serie llamada ‘Presas’ sólo para llenar el hueco que dejaron series donde la trama principal era lo de menos y lo de más mostrar un culebrón (de ‘Periodistas’ a ‘Hospital central’ pasando por todo tipo de situaciones), pero es indudable que Antena 3, tras ‘El internado’ y ‘Bajo sospecha‘, va en la dirección adecuada en la generación de tensión y angustia con sus mini thrillers, huyendo poco a poco de la trama familiar y lacrimógena.
Y aparte de esto, que puede considerarse medio fácil, ‘Vis a vis’ se ha apuntado unos cuantos tantos más inesperados. Su elenco de secundarios es espectacular, y más o menos lo esperábamos de Carlos Hipólito, que ya convenció como padre coraje en la también arriesgada ‘Desaparecida’, aquí como ex guardia civil dispuesto a hacer de todo por su hija; pero no tanto del plantel de actores más desconocidos. A diferencia de lo que ocurre en ‘Orange is the New Black’ no hay personaje que aburra o dé pereza cuando aparece en plano: desde Najwa Nimri como mala malísima sin traicionar su trascendentalidad y aprovechando hasta sus orígenes jordanos (está en el papel de su vida, vamos), hasta la ya mítica «Rizos»
(Berta Vázquez), imagino que icono bóller del país, pasando por el repugnante Doctor Sandoval (Ramiro Blas) o Alba Flores, hija de Antonio y nieta de Lola, que se ha merendado fuera de plano el final de esta temporada. Que por cierto, lejos de ser un manido cliffhanger, ha sido medio abierto, comedido y hasta poético.Cabe destacar el acierto de las ínfulas de docudrama insertadas, con declaraciones de las actrices como si fueran presas de verdad. Ahí hemos visto a la entrañable María Isabel Díaz Lago contar su historia de maltratos y trasplantes de manera mucho más efectiva que con los pesados flashbacks recurrentes y de moda en las series americanas. Una forma también de introducir muy ligeramente la reflexión social sobre cuestiones como las drogas en prisión, las ETS, la justicia, el machismo o la reinserción sin resultar pretencioso ni tampoco superficial.
Aunque a veces algo torpona (ese episodio en el que mediante flash-forward te revelaban tontamente todo lo que iba a pasar) y otras un poco inverosímil, ‘Vis a vis’ se parece bastante a lo que un país de 45 millones de habitantes y con ciertas posibilidades de exportación debería estar produciendo hace rato. Esto puede ser el principio de una gran amistad. 8.