Así, por el trayecto discurren, pizpiretas, ‘Last Rites at the Jane Hotel’, con un efectivo riff con fugas pastorales. ‘Empyrean Abattoir’ es uno de los momentos álgidos, con su línea de bajo post-punk, su melodía pegadiza, su letra sexual y terrorífica y su mutación a colleja garagera hacia la mitad. ‘Aluminium Crown’, que abre en clave psicodélica, no se echa a perder en ningún momento; en cuanto el asunto se les pone trascendente, toman un atajo y vuelven a convertirla en otra pieza de rock juguetón. ‘Virgilian Lots’, con su fuzz de guitarras de juguete, su puntito sentimental y su breve quiebro como de bolero. ‘Monolithic Egress’ se presenta resultona pero luego juega al rock duro antipático durante un rato pero, como todo en este disco, no cae nunca en las simas de lo irritante por irritar, porque se recupera en otro estribillo pegadizo. ‘Apollynion Of Blue Room’ llega a terrenos propios de los Kinks y ‘Estocadas’ contiene unos muy agradecidos arreglos de cuerda y un toque melodramáticos que ilustran la narración de unas vacaciones en que sus protagonistas van a ver una corrida de toros con penosos resultados: «You cried all through the bullfight / and cursed me for taking you there’.
El desfase exasperante solo se cuela en ‘Chthonian Dirge for Uruk the Other’. Por suerte, nos recuperamos del susto con ‘Like Ashoka’s Inferno of Memory’, con la que echan el cierre. Otra pieza de contrapunto entre introducción atmosférica, desarrollo zeppeliniano y erupciones pop, aunque quizás hubiera agradecido un retorno a la efusividad funky para que el disco resultara completamente redondo. Pero, aunque no los devuelva al nivel de ‘Hissing Fauna, Are You the Destroyer?’, este es un álbum que certifica el retorno de of Montreal a la accesibilidad, sin renunciar a su muy especial visión sobre el universo pop.
of Montreal presentan hoy su disco en Bilbao BBK Live.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Bassem Sabry’, ‘Empyrean Abattoir’, ‘Virgilian Lots’, ‘Monolithic Egress’
Te gustarán si te gustan: los of Montreal más juguetones, los primeros Franz Ferdinand.
Escúchalo: Spotify