«Querido Dylan. Con el prestigio que usted tiene y el gran talento, qué necesidad tenía de no dejar probar sonido a los invitados, desconectar el 80% de los altavoces, descompensar el equipo para que la gama de frecuencias sea horrible, cambiarnos de camerino para que no nos crucemos y mandar en cada canción a gordos gorilas americanos amenazando a nuestros técnicos de manera violenta…
Luego aparecerá algún listo diciendo qué diferencia de sonido entre los guiris y los Granadinos. Esto no es limpio. Vaya con el puto hipoteca que entollado… para eso quieren las estrellas los grupos invitados para machacarlos y que tenga la gente un punto de referencia y ellos queden como el ejemplo de sonido perfecto… En cuanto a su interpretación me pareció magistral, ya me hubiese gustado escucharlo en las condiciones que mis compañeros y yo tuvimos que tocar. Para eso lleva tanto personal para que nos partan la boca si intentamos dar un concierto digno en la ciudad donde nos ha visto crecer?
Querido viejo uraño, «BAILARE SOBRE TU TUMBA»».