Yelle desatan la locura en Low Festival y Russian Red aparece por sorpresa

Vaticinábamos un sábado abarrotado de gente al presenciar la masiva asistencia del viernes en la ciudad deportiva Guillermo Amor, pero nuestras predicciones no llegaron a cumplirse: se podría decir que la cosa quedó en empate entre la primera jornada y la segunda (en ambos casos se han confirmado 23.000 asistentes). Sea como fuera, hubo conciertos para todos los gustos, grandes sorpresas y alguna decepción que otra. Así fue el sábado en el Low Festival bajo nuestra lupa.

A Él Mató A Un Policía Motorizado (featuring Jota) parece que les costó arrancar un poco al comienzo de su show, pero no tardaron en enganchar al público situado frente al escenario Ron Matusalem. A falta de novedades discográficas, siguen teniendo al potente ‘La Dinastía Scorpio‘ (2012) como última referencia y de este álbum interpretaron los temas de más renombre, desde la calma chicha de ‘Nuevos Discos’ hasta la fiereza de ‘Mujeres bellas y fuertes’. La balanza parecía decantarse a favor de la banda de La Plata cuando nos acercamos al escenario Budweiser para ver a unos Peace que no han acabado de revalidar su posición co un tibio segundo álbum: mientras que con los argentinos había bastante gente, con los británicos el panorama era bastante desolador. Solo parecía que las primeras filas tenían un interés verdadero en escuchar a los autores de ‘Happy People’, pero eso no amilanó a la banda, que hizo lo que pudo por mantener viva la poca energía que podía fluir por el recinto. Funcionaron relativamente bien con temas del primer disco, como ‘Follow Baby’ o ‘Lovesick’, y no tanto con nuevos temas que se supone que debieran provocar la locura masiva, como ‘Lost On Me’. No obstante, los de Worcester seguían a lo suyo, con un Harry Koisser que agradecía cada mínimo gesto del público. Al menos terminaron dejando buen sabor de boca con los aires funk de ‘World Pleasure’, que, esta vez sí, era difícil no dejarse llevar y bailar.

Con un nuevo álbum bajo el título de ‘From the City to the Ocean Side’, Luis Alberto Segura inicia una nueva etapa con L.A. y se presentó ante un entregado público que poco a poco llenó el recinto frente al escenario Ron Matusalem. Además de contar con su habitual banda, en esta ocasión estuvo acompañado por Lourdes Russian Red a la guitarra acústica y coros. Situada al fondo del escenario, la afamada madrileña no quiso quitar protagonismo al mallorquín, quien con la garra habitual que bien conocemos, presentó nuevos temas como ‘In America’ o ‘Secrets Undone’. Tal vez contemos con mayor presencia de temas nuevos en otras fechas de su gira, pero para el Low el set estuvo centrado en los hits de ‘Dualize’ y los allí presentes no lo habrían querido de otro modo, seguramente, pues la entrega era total al sonar los acordes de ‘Rebel’, ‘Mirrorball’ o ‘Under Radar’, lo cual hace pensar que será difícil superar el éxito logrado con aquel trabajo, a falta de ver cómo maduran los cortes nuevos.

En Reino Unido puede que sean legendarios, pero, ¿tan relevantes fueron The Libertines en nuestro país? Es imposible evitar pensar que su supuesta grandeza fue inflada por la disoluta vida de Pete Doherty. Si realmente tienen un público entregado y fiel, su presencia como cabezas de cartel del sábado podía ser una buena prueba, prueba que parecía no superada en un principio cuando resultaba relativamente fácil coger sitio frente al escenario Budweiser escasos minutos antes de su actuación. Con Kasabian, sin ir más lejos, parece que había más gente, pero no todo van a ser criterios cuantitativos. Ya contábamos con que Doherty se subiera borracho (o algo peor) al escenario, como así pareció ser, pero pese a ello, la banda ofreció un set potente con lo mejor de sus dos álbumes y alguna novedad como ‘Gunga Din’, que sirve de adelanto al nuevo álbum que sacarán en septiembre. Aunque la banda tenía la mejor de las intenciones por dar lo mejor de sí misma (al menos esa era seguramente la intención de Carl Barât), la respuesta del público no fue tan explosiva como cabría esperar en el retorno de los Libs a nuestro país. Hubo buenos momentos y mucha fuerza en temas como ‘Horrorshow’, ‘Can’t Stand Me Now’ o ‘Music When The Lights Go Out’, pero durante la gran parte de la actuación, la gente apenas movía la cabeza al ritmo de la música. Casi parecía más emocionante presenciar la clase de locuras que Doherty podía hacer (tirar los pies de micro, tirar amplificadores) que otra cosa. El público británico sí que parecía más entregado, pero aquí no parece que les echemos tanto de menos.

Jamás esperaba escribir algo así, porque tras años de ver conciertos enormes, con una fuerza que ya quisieran muchos, por primera vez Nueva Vulcano me dejaron a medias. Por lo visto contaron con la visita de unos cuantos amigos y conocidos entre el público que había en el escenario Wiko y el trío liderado por Artur Estrada (acompañado por un percusionista que también tocaba el sinte, como vienen haciendo los últimos años) llegaba a estar más interesado en saludar a sus colegas que en tocar. Por suerte, cuando se centraban eran capaces de llegar al nivel que nos tienen acostumbrados, sobre todo cuando enlazaron varios temas de ‘Los Peces De Colores’, ofreciendo el mejor momento de su set. Los temas de ‘Novelería‘ parece que aún tienen que cuajar entre el público (no provocan tanta euforia como los de otros álbumes), pero ‘Pop y Espiritualidad’ o ‘Hasta la Boya y Volver’ sonaron de fábula. Pudo haber sido otro concierto de diez, como suele suceder con los barceloneses, pero su notable falta de concentración lo impidió. Con The Drums, las intenciones fueron otras, nada más y nada menos que las de ofrecer un buen show que gustó bastante a los que se hallaban frente al escenario Budweiser. El set repasaba los tres trabajos de la banda de Brooklyn y, aunque los temas de ‘Encyclopedia’ no palidecen frente a canciones anteriores, la gente estuvo más animada cuando sonaron ‘Money’, ‘Best Friend’ o, por supuesto, ‘Let’s Go Surfing’.

Los Punsetes no tuvieron demasiada suerte en su actuación. No fue cosa del público, que estaba allí encantado, cantando las canciones y bailando sin parar, pero unos importantes problemas técnicos con la guitarra de Jorge pararon el concierto durante unos minutos, provocando lo nunca visto: Ariadna abandonaba su estática pose frente al micro para hablar con sus compañeros de grupo, lo cual deleitó a parte de un público que minutos antes le gritaba en tono de broma que se moviera un poco. Una vez solucionados los problemas técnicos, todo fue sobre ruedas, con la banda brillando en temas como ‘Maricas’, ‘Tus Amigos’ o ‘Me Gusta Que Me Pegues’. Antes de entrar al recinto, las quinielas apostaban a que Dorian o The Libertines podían ser los triunfadores de la jornada y, aunque ofrecieron buenos sets, parece que lo mejor de la noche, lo más especial, llegó bien entrada la madrugada con el concierto de Yelle. Con una trabajadísima puesta en escena, que incluía dos baterías idénticas al fondo, un estupendo juego de luces, coreografías y hasta cambios de vestuario, el show de los franceses fue incontestable, con la pizpireta Julie Budet liderando y provocando la locura colectiva a base de grandes temas (repasaron su último trabajo, pero también dieron buena cuenta de ‘Safari Disco Club’). Además, la brisa y la ligera lluvia que cayó ayudaron a que bailar casi fuera obligatorio. Pocos serían los que salieron de la zona que rodeaba el escenario Budweiser con una sonrisa de satisfacción.

Los comentarios de Disqus están cargando....