Sus canciones son más simples que el mecanismo de una caja de zapatos: ritmos sincopados y furiosos de bajo y batería, Williamson escupiendo por encima versos airados con acentazo del East Midlands, estribillos precisos y, muy de vez en cuando, algún adorno fugaz. Puede ser un trocito cantado en ‘Arabia’ o en ‘In Quiet Streets’. O algún sample para adornar un poco ‘Rupert Trousers’. Todo lo demás, directo y sin florituras. Sus canciones son óseas, ásperas. Y altamente adictivas. Música que invita a ser bailada de manera compulsiva, con agitación de testas o dándose cabezazos directamente contra la pared. En esto, ‘Key Markets’ es muy similar a ‘Divide and Exit’. No han variado la fórmula, sólo el grado de acidez y amargura. El resultado es un disco aún más oscuro y deprimente que su antecesor, pero igual de certero.
Las letras son de una brutal contundencia británica, de tipo cabreado en el pub denunciando todo aquello que le disgusta. Pero no de un cafre cualquiera, si no de alguien que sabe muy bien contra qué y contra quién se cabrea. A veces son difíciles de seguir por modismos, giros y referencias que se escapan pero, aunque no logres aprehender todo su significado literal, sí que se capta todo su sentido. Tanto fustigan a hip hoperos tan asquerosamente forrados que han perdido el contacto con la realidad (‘Bronx In A Six’), como a adictos a la televisión alienante (‘No One’s Bothered’) o a energúmenos patéticos intentando ser estrellas del pop con sus bandas de tercera (‘Cunt Make It Up’). Pero el centro de sus feroces críticas es el sistema ultraliberal que acogota a la ya torpedeada clase obrera inglesa (‘Face to Faces’, ‘Arabia’, ‘In Quiet Streets’, ‘Rupert Trousers’, etc). Williamson también gira sus dardos contra si mismo: ‘Live Tonight’ narra las bajezas que uno se puede encontrar de gira y ‘Giddy On The Ciggies’ la obstinación ridícula en seguir con los mismos ritos que en la adolescencia (salir, emborracharse) pasados los cuarenta. También asoman, cómo no, los soplapollas que se creen con derecho a criticar tu vida una vez que has «triunfado» (‘Silly Me’), aunque el éxito sea relativo y no te estés bañando en billetes, precisamente.
No, no hay nada dónde aferrarse. ‘Key Markets’ destila sarcasmo, escepticismo, pesimismo vital y deja una aguda sensación de angustia. Es como sumergirte en engrudo y sentir que no puedes respirar. Un ‘No Future’ de la mediana edad. Pus británica brotando de heridas infectadas. Verdades tristes agazapadas en canciones simplicísimas. La moraleja es: todo es una mierda, somos unos pringados y no hay salvación posible. Sólo nos queda, pues, masticar la rabia, escupirla y, con suerte, salpicar a algún cabrón.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Live Tonight’, ‘No One’s Bothered’, ‘Face to Faces’, ‘In Quiet Streets’.
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Escúchalo: Deezer