Ese comienzo, tan provocador como efectista, funciona como declaración de intenciones y síntesis de lo que vendrá después: una historia de aprendizaje juvenil, contada en primera persona, desarrollada en un ambiente proletario (por eso la protagonista “duerme” con su hermano al lado) y musical (la escena indie británica de principios de los noventa), salpicada con goterones demasiado aleccionadores de discurso feminista-maternal, y narrada con el habitual desparpajo estilístico y humor obsceno que ha hecho tan justamente famosa a la Moran.
Concebida como la primera parte de una trilogía (cuya adaptación dirigirá Danny Boyle, aunque la novela se parezca más a una película de Stephen Frears), ‘Cómo se hace una chica’ es una autobiografía rebozada en ficción, una especie de versión novelada de ‘Cómo ser mujer’ que pone de manifiesto dos cosas: 1) las limitaciones de Moran como novelista (tanto su estilo, directo y algo ramplón, como la construcción de personajes, con menos matices que la cara de Nicolas Cage, dejan mucho que desear), y 2) las virtudes de Moran como brillante y descarada consejera sexual y vital. Nadie como ella mezcla con tanta gracia el orgullo de clase, el feminismo pop y el humor escatológico. 7.