Porque al final no se ha alejado tanto de ‘Kaputt’. Simplificando mucho a costa de Prefab Sprout, si ‘Kaputt’ era el ‘Steve McQueen’ de Destroyer, ‘Poison Season’ sería su ‘Jordan: The Comeback’. Un tour de force con el que demostrar que está más allá de su obra anterior, para confirmar su peso como compositor. Porque el pop ya no es suficiente; Bejar ha llevado su propuesta hasta el musical, el jazz y los standards, para poder explorar al máximo las capacidades expresivas de su voz (uno de sus objetivos con este disco, tal como explicaba en una reciente entrevista a Rockdelux). Sin los coros que le daban el contrapunto en ‘Kaputt’, con mayor presencia (¡aún!) del saxofón y el apoyo de un quinteto de cuerda, Dan ha fabricado su propio musical, onírico y neblinoso, repleto de canciones líquidas que, lejos de contenerse, parecen desparramarse.
La acción de la obra transcurre así: arranca con ‘Times Square, Poison Season I’, un melancólico paseo de Dan por las calles desiertas de Manhattan al amanecer. Pero, en nada, se sacude la tristeza con la maravillosa ‘Dream Lover’ y su euforia saxofónica, casi al borde del ‘Born to Run’ de Springsteen. El público aplaude entusiasmado y se maravilla ante ‘Forces From Above’, cinematográfica pieza apoyada por los timbales y unas cuerdas dramáticas, con un inicio a lo ‘Cloudbusting’ de Kate Bush. La función sigue con ‘Hell’, que, de numerito apocado y simpático, se transforma en fanfarria; aparecen las bailarinas con chistera, las luces, el confetti y en las butacas todo el mundo arranca a danzar jubilosamente. Pero la alegría dura poco. En ‘The River’ Dan se apoya en la barandilla que da al río mientras rememora nostálgico el ritmo tranquilo que marcan las aguas. Finalmente, se acerca a la chica y le declara arrebatadamente su amor en ‘Girl In a Sling
’: «Girl, I know what you’re going through. I’m going there too». La platea se enjuaga una lágrima.Pero el argumento cambia a la mitad. Bejar parece dejar aparcado el musical y abandona el arropamiento orquestal (pero no el saxo) para irse a abrazar al Bowie de ‘Hunky Dory’ en el reprise de ‘Times Square’. En ‘Archer On The Beach’ cambia el esmoquin por un traje blanco para interpretar su soul nocturno y sedososo. Ya no se lo quita, porque ‘Midnight Meeets The Rain’ es un salto funky sobre metales y percusiones sabrosonas. Pero baja el pistón en ‘Solace’s Bride’, con aire del océano.
Tras la escapada nocturna, las cuerdas regresan, tímidas. Y ‘Bangkok’ ilumina el retorno al musical, al número reposado, melancólico y evocador. ‘Sun In The Sky’ recuerda a los grandes autores americanos de los setenta. El público, por eso, empieza a lanzar miradas furtivas a sus relojes. En este tramo, demasiado pausado, la obra se hace un poco larga. Para cerrar, recupera la inicial ‘Times Square, Poison Season II’, pero más breve, suave y con más cuerdas. Fin. Se encienden las luces y aplaudes. La interpretación ha sido soberbia. Las canciones, muy bonitas. Pero, piensas mientras te levantas de la butaca, que en ‘Kaputt’ no sólo eran bonitas; eran definitivas. Aun así, sonríes mientras alcanzas la calle, porque sabes que acabas de presenciar algo grande.
Calificación: 8,2/10
Lo mejor: ‘Dream Lover’, ‘Hell’, ‘Girl in a Sling’, ‘Times Square’
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Escúchalo: NPR