El Gibraltar Music Festival nació en el año 2012 y, en su primera edición, cantantes pop como Jessie J o iconos como UB40 fueron los cabezas de cartel. Para que entiendas un poco más qué es todo esto te contamos que hay mucha pasta y que, el VIP VIP (porque el VIP normal no es demasiado VIP para las familias acaudaladas) tiene un precio de 600€. El festival ha agotado las entradas este año.
Si has estado en Gibraltar no hace falta que te expliquemos por qué parece un universo paralelo, sin embargo, si nunca has visitado este territorio británico te ponemos en situación: para llegar al festival tienes que cruzar la frontera y la pista del aeropuerto. Si tienes suerte, bien. Sin embargo, si tienes que esperar a que salga un avión, probablemente pierdas 30 minutos viendo cómo despega.
En esta cuarta edición, grupos legendarios como Duran Duran o Madness han sido los cabezas y titanes del cartel. Después, ídolos teen como Tom Odell, Little Mix o James Bay también tienen cabida para las adolescentes melómanas 3.0; Kings Of Leon y Kaisers Chiefs, para los que todavía sientan nostalgia indie-pop; y españoles como Supersubmarina o Estopa -una combinación extraña y peculiar- para los que quieran algo alternativo y patrio. Con cuatro escenarios repartidos en un espacio pequeño pero bien distribuido, se puede disfrutar de lo mejor emergente de Gibraltar, del mejor pop británico, o el mejor EDM post-conciertos.
Aunque desde las dos de la tarde comenzaron a sonar los grupos locales, no fue hasta el directo de Little Mix que el público se puso en el mood necesario para fomentar el buen ambiente. Estas británicas que, si no las conoces, quizá sea el momento de hacerlo, tienen más de nueve millones de seguidores en Facebook y son todo un referente en UK. Se dieron a conocer tras ganar el concurso X Factor en el año 2011 y desde entonces, imparables, han vendido dos millones de discos en total. Su single ‘Black Magic’ ha sido número 1 en Inglaterra durante tres semanas seguidas. Su directo, aunque plástico, fue bastante impactante. Las cuatro chicas salieron al escenario sin banda ni músicos y, con bases muy potentes de trap, rap y una bizarra combinación de techno y r&b, consiguieron conquistar tanto a sus fans ingleses más teens como a sus padres. Su estilo, entre un ratchet refinado y unas Sugababes más avanzadas, se ha convertido en un referente para todas las adolescentes prematuras del mundo. Sus hits, como ‘Salute’, ‘Change Your Life’, ‘Little Me’ o ‘Wings’, promueven la liberación femenina y motivan a las más jóvenes a ser glamoamazonas independientes… pero siempre enamoradas de un hombre. La combinación, aunque contradictoria y extraña, les funciona.
Tom Odell, también inglés (recordemos que estamos en territorio británico y el público es ídem) ofreció un muy buen concierto. A pesar de contar con menos público que sus coétaneas Little Mix, proyectó mucha fuerza, energía y una gran pasión por tocar su música para sus fans. Con su piano en mitad del escenario, su banda y dos cantantes (una negra con un vozarrón espectacular), encandiló a todos los que asistieron. Cortes como ‘I Know’, ‘Grow Old With Me’, ‘Can’t Pretend’ o ‘Another Love’ formaron parte de un repertorio que le hace parecer un muy buen niño
que sólo te quiere querer y cuidar (aunque en el backstage mostraba cierto recelo a hacerse fotos con sus fans). Con tan sólo 24 años, este músico ya ha ganado premios como el de la crítica en los BRITS de la edición del 2012 y en el 2013 publicó su primer y hasta ahora único largo, ‘Long Way Down’, sonando a otros como Jake Bugg, Ben Howard, Lucy Rose o Vance Joy. Tras terminar su concierto, padres tumbados en toallas con sus hijos revoloteando, y sillas de playa alrededor de la torre de sonido. Y no fue nada cutre: recordemos que en Inglaterra la cultura musical se promueve mucho más y que los padres inculcan a los hijos el respeto y la pasión por la música, por lo que ver a niños correteando mientras jóvenes perrean en el escenario fue una gozada.La también cantante y pseudocuasi diva Paloma Faith ofreció un concierto que gustó a sus fans pero que le vino grande hasta a ella misma. Quizá fuera por el vestido embutido que llevaba, muy bonito, con estampado psicodélico rosa, amarillo y negro, pero que al ser de látex, le impedía moverse. Su banda, espectacular tanto en directo como sobre ese escenario blanco que recordaba a los típicos de salas de baile de los años 50, estuvieron a la altura y sus coristas sobresalían mucho más que ella, con mucho más carisma y soltura sobre el escenario. Sabiendo que la diva cuenta a sus espaldas con tres discos publicados y una carrera como actriz reputada en UK, sus famosos singles, como ‘Mouth to Mouth’, ‘Trouble With My Baby’ o ‘Ready For The Good Life’, sonaron bien y correctos. También cantó canciones como ‘Purple Haze’, una versión de The Jimi Hendrix Experience y ‘The Bigger You Love (The Harder You Fall)’, versión de The Sisters Love. ¿Lo mejor del concierto? Que al terminar dijo a los de seguridad que un hombre había abofeteado a otro y que estaba sangrando. Ella quiere paz y amor en sus conciertos. Una diva sensible.
Para terminar, Duran Duran, cumplió los sueños (más o menos oscuros) de las adolescentes que todas las madres que había en el festival encerraban. La leyenda, que lleva vigente desde los 80, publica su decimocuarto disco esta semana. Su directo, muy potente, estudiado pero muy natural, sorprendió a todos con visuales y canciones nuevas como ‘Last Night In The City’. En esta canción, algo techno y con bases muy fuertes y potentes, se podía ver que Mark Ronson ha metido mano como productor. De ‘Paper Gods’, este último trabajo, sonaron otras pistas como ‘Pressure Off’. Era curioso ver el contraste de las canciones de siempre que tocaron, como ‘Rio’, ‘Hungry Like The Wolf’, ‘Planet Earth’ o ‘Girls On Film’, en comparación con los nuevos trabajos producidos por Mark Ronson y Nile Rodgers, mucho más oscuros con bases de bajo y electrónica. Para terminar el concierto, Simon Le Bon cantó la canción ‘Psycho Killer’ de Talking Heads, no sabemos muy bien por qué, pero fue un cierre correcto para un gran concierto que mantuvo a todo el público de pie y bailando durante una hora y media.
Fotos: Photo GMF / DM Parody.