Hoy, sin embargo, Shyamalan sonríe y bromea con el pequeño grupo de periodistas que nos hemos reunido con él para hablar de ‘La visita’. Se le nota contento con lo que ha entregado y consciente de que el sentimiento es mutuo. Y se suelta. Ventajas de poder conversar sin tener que esconder ninguna opinión debajo de la mesa. Toda una rareza.
«Los presupuestos bajos son los que te dan más libertad para rodar lo que realmente te interesa»
Presupuesto reducido, producción casi independiente, tiempo de rodaje limitado… ¿Tan cansado estabas de las imposiciones de Hollywood y los grandes estudios como para que te compensase trabajar en estas condiciones?
Cuando haces una superproducción todo es más complicado y lleno de capas. Tienes que justificar a varios niveles cualquier decisión que tomes. Y todo mientras luchas para que lo comercial no se coma a lo creativo. Todos queremos rodar una obra de arte que además sea rentable y dé dinero, pero a la hora de la verdad los presupuestos bajos son los que te dan más libertad para rodar lo que realmente te interesa.
Después de todos estos años te apuntas por primera vez a la moda del ‘found footage’, recurso narrativo que hizo famosos a títulos del terror independiente como ‘El proyecto de la bruja de Blair’ u ‘Holocausto caníbal’. ¿Por qué?
Antes de contestar quiero hacer una distinción muy clara entre lo que es el cine documental, que tiene una estética y una intención detrás; y el found footage, que es mucho más sucio. Los dos pueden utilizar la cámara subjetiva, pero para mí esta película entra más dentro de lo primero que de lo segundo. Es verdad que hay una pequeña parte de found footage, pero son sólo 12 minutos al final. Hasta entonces siempre hay una intención narrativa muy marcada por el personaje de Becca, que llega a casa de sus abuelos con la intención de rodar un documental sobre su madre. Es ella, cámara en mano, la que controla el encuadre y la luz de cada cada plano que graba. Hay una belleza en sus imágenes. ¿Que por qué escogí este recurso? Porque siento que es una herramienta muy poderosa para contar esta historia, aunque debo reconocer que a la hora de rodar tiene muchos problemas para coordinar al operador de cámara con el actor o la actriz, que en teoría es quien la lleva.
¿Es posible que esta Becca obsesionada con grabar con una cámara todo lo que le pasa, sea de alguna manera tu alter ego?
Totalmente. Cuando yo tenía su edad recuerdo que me pasaba el día discutiendo con todo el que me hablara de algo relacionado con el cine. Era muy pretencioso y me volvía un gilipollas con ese tema. Tanto que incluso obligaba a la gente a ver el cine como a mí me gustaba y si no, me enfadaba. De hecho en mi casa todavía lo hago. No quiero que se comente nada mientras veo una película, no quiero escuchar nada más que eso. Si alguien haciendo zapping se encuentra un canal en el que echan un clásico tipo ‘Cadena perpetua’ ya empezado, tampoco dejo que se vea esa película. En mi casa eso está prohibido porque el cine es sagrado. Pero bueno, supongo que mis hijas adolescentes hacen lo que les da la gana cuando me voy a la cama.
Ya que hablas de la familia, de nuevo es una la que funciona como eje vertebrador de tu película. Es toda una constante en tu cine…
Soy un escritor y escribo de lo que sé. Me crié en una familia muy unida, me casé muy joven y llevo 20 años con mi mujer… Por eso cuando escribo que los aliens invaden el planeta lo cuento desde el punto de vista de una familia para descubrir cómo les afecta. Si fuera un soltero de 20 años mi protagonista sería un tío que al llegar a casa después de una noche de fiesta en la que no ha triunfado con ninguna chica, al enterarse de que los extraterrestres nos están invadiendo, pensaría “Y ahora encima esto” (risas). Sería una película completamente distinta.
«Lo que tú llamas giro o truco no lo es porque la esencia del personaje siempre ha estado ahí. Pero esto no es algo que yo me haya inventado. Películas enormes como ‘Psicosis’ o ‘Sospechosos habituales’ tenían como protagonistas a personajes cuyo secreto se descubría al final»
En esta película vuelves a utilizar tu característico giro final para sorprender al espectador con algo que no se espera. Siempre me he preguntado si son estas “sorpresas’ el germen de tus películas. Me refiero a si primero se te ocurre algo chocante y construyes todo el guión alrededor de eso, o si por el contrario es la historia la que te acaba llevando irremediablemente a la sorpresa final.
Ninguna de las dos. Yo trabajo siempre desde el personaje. Por ejemplo, y esto me lo estoy inventando ahora, pongamos que quiero contar la historia de una enfermera que odia a sus pacientes. De partida ya es un personaje interesante, ¿verdad? Pero yo no tengo que contarte desde el principio que ella odia a sus pacientes para explicarte lo que hace. Eso es algo que igual te revelo 10 minutos antes de que acabe la película y aunque digas: “Oh dios mío, la enfermera ha odiado a sus pacientes todo el rato”, si vuelves a ver la película verás que nunca ha hecho nada que choque con eso. Me refiero a que lo que tú llamas giro o truco no lo es porque la esencia del personaje siempre ha estado ahí. Pero esto no es algo que yo me haya inventado. Películas enormes como ‘Psicosis’ o ‘Sospechosos habituales’ tenían como protagonistas a personajes cuyo secreto se descubría al final.
Algo que sorprende para bien en ‘La visita’ es que no te ha dado ningún reparo introducir escenas completamente humorísticas, ¿por qué?
Siempre me ha gustado tener humor en mis películas, es algo con lo que siempre he jugado. Estaba presente en ‘Señales’ y también un poco en ‘La joven del agua’. Es curioso que me digas esto porque esta es la primera película de terror de verdad que hago. Me refiero a que en las anteriores había elementos del género, pero por argumento esta es la que más miedo da de todas. ¿Que por qué tiene humor? Porque me parece que ambas cosas funcionan genial cuando están juntas. Lograr juntar ambos géneros es muy difícil de conseguir, pero cuando encuentras el tono y el ritmo es la combinación perfecta. Al fin y al cabo, cuando nos pegamos un susto casi siempre inmediatamente después nos reímos. ¿O no?
¿Tienes la sensación de que la crítica y el público se han cebado mucho contigo, como si siempre esperaran más de ti que de otros compañeros?
Podría tener muchas opiniones sobre eso, pero la verdad es que prefiero cerrar los ojos y no hacer caso a lo que digan de mi trabajo. No conozco ningún artista que haya recibido halagos de todo el mundo durante toda su carrera. Ni Picasso. No quiero gastar mis fuerzas y mi energía en eso. Prefiero centrarme en lo siguiente que tengo que hacer.
Estamos a septiembre de 2015 y todavía hay gente que se enfada si le digo que Bruce Willis estaba muerto al final de ‘El sexto sentido’. ¿A partir de qué momento podría contar qué pasa en ‘La visita’?
Tengo una respuesta clara sobre esto: 20 años. Y ‘El sexto sentido’ no los ha cumplido todavía, así que te prohíbo volver a decir nada de su final (se ríe). Esto mismo se lo dije también a alguien en un programa de televisión americano y se pensó que estaba bromeando. Pero no. Hablamos de toda una nueva generación de adolescentes que no ha visto mis películas y les estamos quitando el gusto de sentir lo que sentimos el resto cuando se estrenaron en el cine.
¿Pero qué te parece esta sociedad del constante miedo al spoiler en la que vivimos inmersos por culpa, sobre todo, de la televisión?
Hay demasiada información en el mundo, eso es así, pero si no quieres enterarte de algo puedes evitarlo. Además creo que en términos generales la gente es bastante amable a la hora de soltar spoilers así a la ligera porque si a ti te gustó algo, quieres que tus amigos pasen por ello igual de vírgenes que tú. No sé, no necesito saber qué pasa en ‘Juego de Tronos’ para disfrutarla. Pero si quiero saberlo, tengo canales de sobra para hacerlo.
¿Entonces quién es el culpable de fastidiar algo con un spoiler, el que lo cuenta o el que lo escucha?
El que escucha nunca debería ser amigo del que cuenta. Si te cuentan algo que no quieres saber, tu respuesta debe ser “muchas gracias, pero ahora vete y no vuelvas”.
Foto: Universal.