Spector / Moth Boys

Tras su debut, ‘Enjoy It While It Lasts‘, de ventas decentes pero que en suma daba la medida de unos Killers de todo a 100 (obviando un temazo irreprochable como ‘Chevy Thunder’), Spector han vuelto a dar señales de vida con ‘All The Sad Young Men‘, otra gran canción con hechuras de clásico (como ‘Somebody Told Me’, ‘Obstacle 1’ o ‘Time To Pretend’) de las pistas de baile indie. Contra todo pronóstico, ese sobadísimo encuentro de pop de guitarras y arreglos de electrónica de los 80, puede seguir siendo eficaz y atractivo si el catalizador es una buena línea melódica.

La cuestión es: ¿ocurre algo más allá de esa canción en ‘Moth Boys’, su segundo álbum, cuando en su debut ocurría poco más allá de la citada ‘Chevy Thunder’? La respuesta es sí, ocurre algo más. Pero poco más. Tras el abandono del guitarrista Christopher Burman, el avance más significativo es que los sintetizadores ganan peso en el sonido del grupo, ganando en profundidad y ambientación. Eso no esconde, sino que incluso acentúa, que seguimos ante una especie de parodia británica de la banda de Brandon Flowers, tan apañada y amena como descarada y predecible. En esa línea, ‘Bad Boyfriend’ (un buen medio tiempo), ‘Stay High’, ‘West End’ o ‘Decade Of Decade’ resultarán perfectas para los que desearían que The Killers se hubieran instalado en un ‘Hot Fuss’ perpetuo. A cambio, tendrán que tragar con cosas con tan poco fuste como ‘Using’, ‘Don’t Make Me Try’, ‘Lately It’s You’ o ‘Kyoto Garden‘, single que decepciona tras un arranque prometedor. Solo ‘Believe’, algo así como un ocurrente guiño a los New Order circa-‘Technique’ o el aire italo-disco de ‘Cocktail Party’ (claro: se trata de una colaboración de Dev Hynes) añaden algo de sazón al conjunto.

Tratando de aportar un plus a la banda, Fred MacPherson emplea su carismática voz en letras que pretenden ser un reflejo de lo duro que es ser un millennial

. Se le intuye cierta aspiración a erigirse en un Jarvis Cocker 2.0, retratando el vacío de relaciones personales diluidas en drogas y alta tecnología, pero la cosa le viene muy grande. La chispa empieza y acaba en el «no quiero hacer el amor, no quiero hacer planes, no quiero que nadie quiera cogerme la mano» de su estupendo primer single (que también incluye, con mucha coña, un aparente guiño a ‘Mr. Brightside’ en ese «hell no, nothing ever really started with a kiss»), pero dudo que la falsa modestia de líneas como «estoy aburrido de las canciones que escribo» o «soy un mal artista» (‘Bad Boyfriend’) y frases tan sonrojantes y absurdas como «me queda un 10% de batería, generemos contenido» o «me queda una toma libre, te dejo cargar el móvil, es nuestra forma de demostrar amor» consigan epatar a alguien con dos dedos de frente.

Volviendo a Pulp… ¿Alguien recuerda a Rialto? Eran una banda británica que tuvo cierto reconocimiento a finales de los 90 con un buen debut, aprovechando con tanto descaro como acierto la estela de la banda de Sheffield y que, vete a saber por qué, me ha venido a la mente escuchando este ‘Moth Boys’. Con suerte, Spector lograrán pasar a la historia del pop contemporáneo como unos chasers de The Killers con un par de canciones (ya sabéis cuáles) que dentro de 10 años seguirán sonando como himnos en fiestas nostálgicas. Para tratarse de una banda tan banal, tampoco estaría tan mal.

Calificación: 5,5/10

Lo mejor: ‘All The Sad Young Men’, ‘Bad Boyfriend’, ‘Cocktail Party’.
Te gustará si: cuando vas a un club tu máxima aspiración es bailar ‘Somebody Told Me’.
Escúchalo: Spotify

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Raúl Guillén
Tags: spector