‘Grey Tickles, Black Pressure’ confirma un poco esta teoría. John Grant, que se ajustaba como un guante al cliché de autor torturado y que ahora vive felizmente en Islandia con pareja estable desde hace dos años, ha entregado su mejor álbum hasta la fecha para quien esto escribe.
Sí, a mí también me chirrió – en una segunda escucha porque la primera fue como la segunda venida de Cristo – la letra de ‘Disappointing‘, que, más o menos, viene a ser como Julie Andrews enumerando sus cosas favoritas y diciendo que todas ellas son «decepcionantes comparadas contigo». Pero, seamos sinceros, es imposible no caer rendido ante una canción así a pesar de la subida de azúcar que produce el «… there’s nothing more beautiful than your smile as it conquers your face / There’s nothing more comforting than to know, know you exist in this time, in this place». Y si esta canción va a estar casi con total seguridad en mi Top 5 de este año es porque, citando a Julie Andrews otra vez, «con un poco de azúcar esa píldora que os dan pasará mucho mejor». Los coros de Tracey Thorn, que justo entran en ese momento, son tan buenos que da un poco igual lo pastel que se esté poniendo John.
¿Es todo ‘Grey Tickles, Black Pressure’ una oda a lo cursi? En absoluto. El sinsentido de título del disco, la suma de «mediana edad» en islandés y «pesadilla» en turco, deja bien claro desde el principio que el buen momento que está viviendo Grant no le ha cambiado tanto. Recurre más al humor, es cierto, pero sigue siendo capaz de escupir bilis envuelta en unas melodías espectaculares y una ironía digna de premio. Cómo se mea encima de un ex en ‘You & Him’ con cuchilladas como «te crees súper especial pero no eres más que un gilipollas» y lo remata con un – atención porque esto es un epic win – «te deberías juntar con Hitler y aprender a tricotar para llevar jerseys a juego», tendría que enseñarse en las escuelas. Todo ello, además, acompañado de un estribillo de-mo-le-dor.
Las letras honestas, epatantes («todo lo que hacemos es aprender a morir»), amargas y divertidas a la vez («hay niños con cáncer y se cancelan todas las apuestas: yo no puedo competir con eso») siguen siendo el punto fuerte de un artista que, cada vez más, juega con los géneros sin que le tiemble el pulso, saliendo siempre airoso. En ‘Grey Tickles, Black Pressure’ hay espacio para el Grant más clásico -la canción que da nombre al disco, de no ser por el «I did not think I was the one being addressed in haemorrhoid commercials on the TV set», podría pertenecer a la discografía de Nilsson- y para el más experimental (‘Snug Slacks’, ‘Black Blizzard’ o ‘Voodoo Doll’) pero siempre sin bajar del sobresaliente. ‘Global Warming’ apesta a panfleto y, sin embargo, gracias a la exquisitez melódica todo queda compensado. No deja de resultar curioso que un trabajo que destaca sobre todo por sus letras logre salvar la papeleta de sus momentos más «flojos» gracias a lo apabullante de sus arreglos…
Calificacion: 8/10
Lo mejor: ‘Disappointing’, ‘Black Blizzard’, ‘You & Him’.
Te gustará si te gusta: Rufus Wainwright, Hercules and the Love Affair, Nilsson, Donovan, etc.
Escúchalo en: The Guardian