‘Orion: The Man Who Would Be King’, el pequeño timo del r’n’r

Sobre el papel, ‘Orion…’ era muy prometedora. Pero tras el visionado, esta historia de artista-maldito-y-desconocido te causa una pequeña decepción. Ni tan artista, ni tan maldito… y relativamente conocido. Dejémoslo en «pobre diablo arrastrado por las circunstancias». No, no estamos ante el ‘Searching for Sugar Man‘ de la edición 2015 de In-Edit, precisamente.

Este es un documental modesto, muy funcional (relato cronológico en forma de entrevista-imagen de archivo-entrevista). Y honesto. Porque con el material de origen, aquí podrían haberse marcado muy fácilmente un reportaje de investigación especulativo a lo ‘Cuarto Milenio’. Orion era un cantante surgido en 1979 del que se llegó a sospechar que fuera el mismísimo Elvis regresando de una muerte fingida: su voz era asombrosamente parecida, vestía de manera similar y, lo que disparó las conjeturas… ¡se ocultaba tras un antifaz! Inapelable argumento. Bromas aparte, es loable que, en vez de jugar con la posible identidad de Orion, el documental rápidamente ponga las cartas sobre la mesa y nos explique la historia real de Jimmy Ellis, el tipo que, tras la máscara, conoció un modesto éxito.

Pero el problema es que Ellis, como personaje, no despierta pasiones, precisamente. Era un hombre no muy carismático y poco brillante, poseedor de una buena voz pero escaso en talento, cuya biografía oscila entre lo anodino, lo cutre y la desgracia. El documental, sin embargo, tiene varios puntos atractivos; agradará a los que gusten de encontrar perlas kitsch (las portadas y los estilismos de Ellis son inenarrables). Da voz a unos cuantos de los segundones de la industria musical norteamericana, los integrantes de su serie B (incluso Z). E ilustra a la perfección la cara más ingrata del negocio, la rapacería de algunos de los individuos que lo dirigían. En este caso, el villano es Shelby Singleton, capo de Sun Records durante los años setenta y ochenta y el artífice de convertir a Ellis en un fantasma de Elvis. Un tipo que no tuvo reparos en explotarlo sin piedad, amén de ser capaz de recurrir a los trucos más ruines para ganar dinero.

Finalmente, ‘Orion: The Man…’ funcionaría muy bien en una doble sesión junto con el film sobre Daft Punk: dos tipos que se esconden porque rechazan el estrellato, contra un individuo que se tiene que ocultar para conseguirlo. Ambas películas tienen en común que nos muestran cómo se juega con las expectativas del público y la predisposición del mismo a creerse el engaño. La diferencia es que este documental, en vez del fulgor del éxito, lo que deja al terminar es un poso sórdido. Y triste. 6,5.

‘Orion: The Man Who Would Be King’ forma parte de la programación de In-Edit. Detalles, aquí

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Publicado por
Mireia Pería