Aunque lamentablemente este no ha terminado siendo el año más feliz en la trayectoria de Surfer Blood debido a la enfermedad de su guitarrista, quizá por ello es más bonito todavía este tercer disco en el que los autores de ‘Astro Coast‘ (¿recordáis ‘Swim’, verdad?) y ‘Pythons‘ (¿recordáis ‘Demon Dance’, verdad?) dejaban un mensaje bien optimista. ‘1000 Palms’, editado ya fuera de Warner, donde duraron un disco, termina con el sonido de pajarillos, pero antes, entre los homenajes a Weezer y Beach Boys habituales habíamos escuchado mensajes tan luminosos como el del estribillo de la surfera ‘Sabre-Tooth and Bone’ («Every day, we’ll be clearing the cobwebs away / Trying hard to make ourselves a home / Out of cinnamon and chrome / And the day we finally make it ours / Then we can never be undone»), temas tan pop como el último single ‘Feast Famine’, con unos arpeggios que son puro Sarah Records o incluso una suerte de villancico de 1 minuto y 41 segundos llamado ‘Into Catacombs’. Sobre todas las pistas deslumbra la perfecta ‘I Can’t Explain
‘, una de sus mejores canciones, en la que entre las pesadas guitarras irrumpen unos coros «open up your mind» capaces de levantar a cualquiera. Como ya apuntamos en «
Las mejores canciones de junio«, habría sido un cierre perfecto para el disco, pero también lo es esa ‘Nw Passage’, más Yo La Tengo, en la que se nos promete: «estaré ahí para verlo / tú y yo creceremos, nunca decaeremos». ‘1000 Palms’ no ha sido ese disco que definitivamente haya visto crecer a Surfer Blood -pistas como ‘Dorian’ o ‘Covered Wagons’ no mantienen alto el nivel- pero desde luego no es el que les ha mostrado en decadencia.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘I Can’t Explain’, ‘Feast Famine’, ‘Island’
Te gustará si te gustan: Weezer, Real Estate, DIIV
Escúchalo en: Spotify.