Curiosamente sí triunfaron como actores Bob Odenkirk como protagonista y Jonathan Banks como secundarios en la quinta edición de los Critics’ Choice televisivos, recordando a su vez que dos personajes tan icónicos como Saul Goodman y Mike Ehrmantraut -brillantes, inolvidables secundarios en la original- sí son válidos para sostener una nueva serie. Y así es: tanto en sus momentos más gangster como en sus escenas más gag, la química entre ambos se va cocinando imparable a lo largo de estos 10 primeros episodios.
El problema de ‘Better Call Saul’ es que no termina de definirse: se nota que la serie originalmente iba a durar 30 minutos, tipo sitcom, pero al final se ha decidido hacer otra cosa, tipo dramedia. Tras un piloto que no resolvía dudas, el capítulo 2, ‘Mijo’, desarrollado en el desierto con el protagonismo del narco Tuco Salamanca, no pudo ser de manera más clara un intento por recuperar el mejor thriller de ‘Breaking Bad’, si acaso con un componente de humor más afilado. Y vaya si funcionó, con las labores negociadoras del personaje protagonista de Bob Odenkirk alzadas a lo divino. Divertido y angustioso a partes iguales, el episodio no es de los que se olvidan fácilmente.
Si hubiéramos seguido por ahí… pero se ha querido ir por terrenos demasiado diferentes. La mejor solución es la de lo inclasificable: el abofeteable matrimonio Kettleman y su pinta de pardillos totales, la confesión de Saul sobre por qué estuvo en la cárcel… pero cuando se acentúa sólo una de las vertientes nos perdemos: los gags en el aparcamiento entre «Saul» y Mike tienen una intención puramente cómica (y terminan cansando), la venganza de Mike y su implicación en una trama de corrupción policial huele a ‘Los Soprano’, el numerito del tablón de anuncios supone una gran comedia… pero no casa con el retrato trágico del «pobre Jimmy que se convierte en «Saul» frente al mundo que no quiere darle una segunda oportunidad». Estamos acostumbrados a la batidora de géneros, pero las piezas no terminan de encajar al 100%.
Quizá tenga algo que ver que ‘Better Call Saul’ vuelve a intentar presentar un gran plantel de secundarios, pero algunos de ellos carecen de credibilidad, como el giro que da el mismo hermano del protagonista hacia el final (Michael McKean). Aunque con un guión lleno de detalles y frases lapidarias, la serie a veces ha pecado de austera y algo holgazana, dejando indiferente más de la cuenta, como si en el camino para alternar el drama con la comedia y la acción Vince Gilligan, junto a Peter Gould, estuviera ofreciendo, más que una precuela, una maqueta sin pulir. Veremos adónde nos lleva. 7.