Felipe Spada (Cola Jet Set): «Los Fresones nos volvemos a separar, esta vez de buen rollo»

El fin del mundo’ es el regreso de Cola Jet Set, tras un período largo de hibernación. Charlamos con Felipe Spada, alma máter de la banda, sobre el nuevo disco, los vaivenes musicales y vitales, Los Fresones Rebeldes, la madurez y otras eventualidades pop.

Cola Jet Set tocan con The School en Madrid el 19 de febrero y el 25 de febrero en Barcelona. Entradas, en entradas.com. Resto de gira, en Elefant.com.

Respecto al anterior álbum, ‘Guitarras y tambores’, lo que más me ha sorprendido han sido los cambios de formación en Cola Jet Set.
Es por el paso del tiempo. El batería que tocó en este disco se fue porque estaba harto de esperar a que saliera. Además, yo tuve una niña, Alicia tuvo gemelas, se fue Ana del grupo y tuvimos que reestructurarlo.

¿Por eso el disco ha tardado tanto en salir?
Todos trabajamos, tenemos familia, el estudio en que grabábamos ha estado muy poco disponible en el último año, la reunión de Los Fresones… se ha ido dilatando todo. A eso súmale que yo cada vez soy más lento haciendo canciones, cada vez me cuesta más. La última canción, ‘Lo mejor está por llegar’, estuvo un año que tenía la música, tenía las ideas, pero la letra no acababa de llegar. Y en abril, leyendo la biografía de Jorge Martí de La Habitación Roja (‘Espacio Interior’, Ediciones Chelsea, 2014), leí la frase “a la vuelta de la esquina” y fue como “¡chas!”. En diez minutos ya estuvo. En fin, que en parte ha sido por mi culpa, en parte ha sido el destino… El álbum lo empezamos a grabar en 2013 y no lo empezamos a mezclar hasta febrero de este año. Y suerte que hemos llegado a que salga en este 2015.

En vuestro Facebook ahora os anunciáis con la frase «Y ahora ¡con más guitarras y más tambores!». Desarróllame esto.
La última incorporación a la banda es una tercera guitarra eléctrica, Matt, que es un chico de Nebraska que fue a trabajar a Suiza. Allí vio el vídeo de ‘En esta pista ya no se puede bailar’ y se quedó absolutamente enamorado. En cuanto se enteró de nuestra primera actuación, cogió un avión, vino a vernos, nos conocimos y, hablando, hablando, nos dimos cuenta de que teníamos muchísimo en común. Él luego se fue a Malta, pero antes me dijo: “¡Tío! ¡Quiero entrar en el grupo! ¡Como sea!”. Y a mí me gusta tocar con gente con ganas. Además, a todo el mundo le pareció buena idea. Creo que nos ha dado un sonido con un punto más rockero.

En este disco detecto un poso más amargo, como si vuestro lado agridulce fuera esta vez más agrio.
Es cosa de las letras también. En este disco hay composiciones de todos, de Alicia había cuatro previas pero se quedaron tres fuera. Podría haber sido un disco con otro peso, pero al final la mayoría de las canciones son mías otra vez. Hay unas canciones de antes y otras de después de una malísima época que tuve a principio de 2012 y se nota. Hay unos cinco temas que, a ver, no llegarían a un álbum conceptual, pero digamos que tienen la misma idea. Empezaría con ‘Sábado’: darte cuenta de que, en el fondo, tu vida es pura tramoya, que no hay nada detrás. Luego ‘Nada, nada, nada’, cuando te quedas sin nada, realmente. ‘Me levantaré’, que te dices “tengo que volver a empezar y superar esto”. ‘Lo mejor está por llegar’, estar un poco abierto a lo que venga, después de haber estado muy encerrado y, por último, ‘Ahora te quiero más’, cuando la situación va y se resuelve. Las canciones las hago sobre cosas que me suceden o me tocan muy de cerca. Excepto ‘El fin del mundo’, que es una fantasía. Pero bueno, también pasé un poco por una especie de ‘Fin del mundo’ personal. Quizás sea más fácil hacer canciones tristes, por lo menos a mí me lo es. En este disco he tenido de todo, de las optimistas y de pasarlas un poco canutas.

‘Canadá’ es de Alicia y, sin embargo, encaja muy bien en esta dinámica tuya que explicas, tan personal, en que narra lo que parece un abandono sentimental.
‘Canadá’ está enfocada a la muerte de Pedro San Martín. Coincidimos en un Contempopránea hará cuatro o cinco años. Yo ya lo conocía; era megafan de La Buena Vida, los seguía a todas partes… pero en esa edición Alicia conoció a Pedro y Rosa, luego se encontraron en más sitios, continuó esa amistad, se querían mucho y, cuando se enteró de lo de Pedro, le sentó especialmente… bueno, como a todos, pero ella, además, en aquel momento tenía más contacto, y le salió esta canción, que va sobre la pérdida, pero de una manera más [sutil].

Antes ya lo has comentado un poco pero, ¿por qué titular el disco (y la canción inicial) como ‘El fin del mundo’?
Fue un poco la chorrada de que se empezó en 2012, que era el año en que se tenía que acabar el mundo, según el calendario maya. De hecho, la canción se iba a llamar ‘2012’, pero cuando vimos que para el 2012 ya no iba a salir, la cambiamos. Es un poco la fantasía de entonces. Todo el mundo estaba con eso, me fui a ver ‘Melancolía’ de Lars Von Trier que… bueno… Estaba basada en ese ambiente.

«El fenómeno de la depresión me cuesta mucho entenderlo. He pasado muchos malos ratos pero, por suerte, se me pasan pronto. Entiendo que haya gente que le suceda, pero me costó muchos años comprenderlo»

Con el contrapunto de una melodía muy alegre.
Es lo que decía Peret: “es mejor reír que llorar”. El fenómeno de la depresión me cuesta mucho entenderlo. He pasado muchos malos ratos pero, por suerte, se me pasan pronto. Entiendo que haya gente que le suceda, pero me costó muchos años comprenderlo.

Cuéntame la historia de la batería inicial de ‘Ahora te quiero más’.
Hace un par de años empecé a escuchar a fondo bubblegum de finales de los sesenta y acabó influyéndome, quería hacer una canción así. Este tema, por cómo empieza, puede recordar al inicio de ‘Black Is Black’, pero el primer golpe es de otra canción de los Bravos, ‘Bring a Little Lovin’’, que empieza con un bajo y entonces entra la batería. Pero entra con un golpe de platillo que te tiembla todo. Hace poco me enteré de que había sido John Bonham de Led Zeppelin, que en esa época aún era músico de estudio, quien había tocado esa batería. Era un tío enorme, que usaba baquetas como árboles, otra dimensión de tocar la batería. Y como soy muy fetichista de los sesenta, le dije a Manel: “Manel, quiero que el primer golpe suene como este”.

Hablando de sonido, no sé si es a causa de Matt, pero por un lado os noto más… refinados, adultos (aunque no te guste la palabra), pero por otro incluso más frescos. Siendo el tercer disco y después de tantos años, ¿cómo se obra el milagro?
Pues mira, no lo sé. En la entrevista anterior en JENESAISPOP, el titular fue “si me viene algún pensamiento adulto, espero a que se me pase”… y fue al cabo de una semana o dos se me echó la madurez encima. Y yo pensaba: “¡a buenas horas voy y lo digo!”. De pronto empecé a ver mi vida anterior de otra manera, a pasar un poco de vergüenza póstuma por algunas cosas. Cosas que, cuando las haces, las ves como lo más justo y después, con el tiempo, piensas: “Dios mío pero, ¿por qué hice eso?”. Estuve un año en que mi madre no hacía más que encontrarme fotos antiguas y yo: “¡no, no! ¡No me las enseñes!, que ese día hice tal o dije cuál…”. Pero eso también lo superé. No sé si he madurado o no… puede que haya madurado y «desmadurado» otra vez. Ahora vuelvo a ser optimista ante todo. También pasan los años, claro. En la época de Los Fresones, aunque ya tuviera treinta y pico, estaba todavía viviendo y sintiendo muchas cosas, muchas emociones como si fueran la primera vez. Ahora no. Ahora ya estoy más resabiado.

«Los Fresones ahora en enero o febrero nos vamos a volver a separar, esta vez de buen rollo»

La gira de Cola Jet Set comienza el 12 de diciembre (en El Cau, Tarragona), pero luego no tenéis más fechas hasta febrero.
Otro de los problemas era no juntarse demasiado con lo de Los Fresones -que ahora en enero o febrero nos vamos a volver a separar, esta vez de buen rollo-. Estábamos pendientes de volver a México en diciembre. Al final la fecha se ha caído hará cosa de dos semanas y ya habíamos pasado todas las fechas de Cola Jet Set al año que viene, para que no se solaparan. Entonces pensé «a ver si encuentro una fecha para este año», una de precalentamiento. Empezaremos ahí y así podremos ajustar repertorio, veremos si la gente se aburre…

[En un momento aparte, Felipe me comenta que los conciertos de febrero en Madrid y Barcelona, junto con The School, pueden traer sorpresas; sección de cuerdas y quizás un invitado muy especial: “hemos descubierto que mi hijo de diez años es un crack tocando la viola, así que, quién sabe…”]

La reunión de Los Fresones Rebeldes originalmente fue solo para tocar en la fiesta del 25º aniversario de Subterfuge y se convirtió en un señor retorno.
Es que empezaron a llamar, a llovernos ofertas de todas partes… y ya hubo un primer conflicto. Nos juntamos para ese día, sin saber qué iba a pasar. A raíz de lo que nos ofrecieron, ya no estábamos de acuerdo -una vez más-, sobre si hacerlo o no hacerlo y nos volvimos a separar al cabo de una semana, súper mal. Pero poco a poco, hablando, logramos recomponer otra vez la relación. Nos pusimos de acuerdo (al menos cuatro) en afrontar todo esto. Y el quinto, que era Miguel, quedamos que vendría cuando pudiera, pero no le importaba que los demás siguiéramos. A partir de ahí nos dejamos llevar, salió lo de México, que fue un alucine absoluto. Se ve que en 2005 nos empezó a pinchar un locutor que se llama Carlos Andrade y, en emisoras alternativas, nos convirtió en grupo de culto, se vendían copias piratas de nuestros discos en los mercadillos… A finales del verano del año pasado nos enteramos de que había una demanda real y, en octubre, nos llamaron unos promotores de ahí. Fuimos para una fecha y tuvieron que ampliar al día siguiente porque se agotaron las entradas. A ver, no era el Estadio de Maracaná, sino una sala de 700 personas, pero se agotaron las entradas en seis horas.

Tampoco nos habíamos planteado nada, ni sacar un disco. Las canciones iban a ser siempre las treinta y pico que hicimos en la época. Esas canciones también nacieron en un momento vital de cada uno muy concreto. Lo pensamos, nos ofrecieron grabar algo nuevo, pero no ha sido posible. Sin repetirnos apenas, llevamos año y medio tocando. En enero, aunque no lo vamos a anunciar en plan nostálgico, haremos las últimas actuaciones. En Barcelona, en Madrid… y ya estamos a punto de echar el cierre. Total, que nos juntamos para un día y hemos estado un año y medio, pasándolo muy bien. También hemos aprendido por qué no vale la pena enfadarse.

En ‘Pequeño Circo’, el libro de Nando Cruz sobre la historia del indie en España, apareces en muchos capítulos, pero no solo como parte del fenómeno con Los Fresones Rebeldes, sino como fan. Leyéndolo, daba la sensación de que estabas en todos los eventos.
Me gusta la música. Los Canguros fueron del 86 al 88. Acabamos muy mal, yo acabé muy harto de la música. Estuve cinco años que salía muy poco de casa. Y a partir del 92-93, volví a empezar a salir. Entonces comenzaba el indie… el de los grupos en inglés, pero bueno. Había ya cosas como Penelope Trip, o aquí Las Sosas Caústicas, que a mí me captaron enseguida. Me enganché de público a lo que había. Muchas veces lo digo; aparte del presente, de las mejores épocas de mi vida fueron los cuatro o cinco años antes de Los Fresones, yendo al Serie B, a los primeros FIB, conociendo a mucha gente, que son la mayoría de los amigos que tengo ahora.

«Muchos grupos de ahora no sé si van a durar o no, me da la impresión de que no se lo toman demasiado en serio –que se lo pueden tomar como quieran, ¿eh?-. Por ejemplo, Las Aias: en el momento en que te enganchas, ya se han separado. Les sale una actuación en Japón ¡y ya solo van dos! ¿¿Qué tenían mejor que hacer que ir a Japón?? No veo muchas cosas que puedan durar»

Y de la nueva hornada indie, ¿tienes alguna banda favorita?
(Silencio, se queda pensativo) Tengo muy mala memoria… Gustarme, últimamente me han gustado mucho Doble Pletina, todos los de Chin-Chin! de Pamplona, los Ginkas sobre todo. Papá Topo también me gustan muchísimo, siempre que puedo voy a verles. No tengo el tiempo que tenía antes para estar al día de todo y, seguramente, hay cosas que suceden y no me entero. Y de algunas que me entero… Muchos grupos de ahora no sé si van a durar o no, me da la impresión de que no se lo toman demasiado en serio –que se lo pueden tomar como quieran, ¿eh?-. Por ejemplo, Las Aias: en el momento en que te enganchas, ya se han separado. Les sale una actuación en Japón ¡y ya solo van dos! ¿¿Qué tenían mejor que hacer que ir a Japón?? No veo muchas cosas que puedan durar. Pero ya te digo, ya no abarco todo como antes. La época del primer indie sí. Estaba soltero y, si no venía nadie a Barcelona, me cogía el coche y me iba a Madrid o a donde fuera, siempre detrás de la fiesta. Ahora ya no. Me tengo que guardar las noches de salir para cuando toco yo.

Para acabar, quería hablar sobre los atentados en París, llevo unos días afectada…
Estas cosas afectan. Yo me cogí una gastroenteritis el 11-M que me dejó postrado. Tocaban Belle and Sebastian el sábado y no fui, porque estaba pegado a la taza… Además, es lo que le decía a mi mujer, pasando esto que ha pasado, ya no te digo en París, lo de Túnez, lo siguiente, si van a por el turismo, los siguientes somos nosotros.

Bueno, yo lo comentaba porque, en otra entrevista tuya, te leí una frase que me gustó: “es posible que no merezca la pena apasionarse por algo que no sea la música”, y creo que viene a colación, aunque lo sacabas a relucir en relación a lo reacio que uno acaba siendo a discutir de política con la gente…
Lo volvería a decir ahora mismo, porque con el paso del tiempo, hay tantas cosas en las que has creído y luego resulta que eran un timo, que ya hoy en día puedes tener una opción política favorita, pero ya no te implicas tanto como antes, porque sabes que en cualquier momento puede salir que tampoco. Y piensas si realmente no hay cosas que están podridas, pero la música está siempre ahí. Como la botella no engaña, la música para mí siempre está ahí. En los peores momentos, la música me ayuda, me cura y me hace salir del agujero.

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Publicado por
Mireia Pería
Tags: cola jet set