Haciendo gala de su sentido del humor en todo momento (ahí está la simpática ‘I Wanna Fuck You Til I’m Dead’ o la curiosa forma que han tenido de promocionar esa ‘L.A. Plays Itself’ tan Yelle que pone en entredicho la grandeza de Los Ángeles, la ciudad en la que residen) y derrochando melodías uptempo a granel, este es un álbum en el que los rellenos innecesarios brillan por su ausencia. Todo vale en nombre del baile: desde números como ‘White Mirror’ o ‘Don’t Be Rude’ que reivindican la cara más naíf de The Human League, pasando por el dance punk de ‘Ringtone’ (que bien podrían entonar Le Tigre si algún día decidiesen volver a la palestra) o el disco funk del que hace gala el explosivo tema titular.
Todo, de principio a fin, está hecho para hacer pasar un buen rato al oyente. Pero es que además de esa voluntad (que bien se podría haber quedado en eso, en buenas intenciones) se pueden encontrar temas como ese ‘Miles & Miles’ de más de ocho minutazos que vale su peso en oro. Sí, por mucho que ahora suenen más accesibles que nunca seguirán siendo unos grandes desconocidos para el gran público, pero YACHT molan, y mucho.
Calificación: 7,5/10
Temas destacados: ‘Miles & Miles’, ‘Ringtone’, ‘I Thought the Future Would Be Cooler’
Te gustará si te gustan: los YACHT menos arty y más mundanos y, por supuesto, el sonido DFA
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