Tristemente, en países como el nuestro, la leyenda negra en torno a Pete Doherty y Carl Barât fue incluso más célebre que sus canciones. Eso, con un panorama musical cada vez menos interesado en el rock, explica en parte que el regreso discográfico del grupo, 11 años después, parezca haber pasado más inadvertido de lo que cabría esperarse. ‘Anthems for Doomed Youth’, para bien y para mal, es un disco honesto de sus autores: ya no son los de hace una década, por suerte sobre todo para su salud. Si los autores de ‘Up The Bracket’ eran adrenalínicos e incendiarios, los de este tercer largo parecen narcotizados (obviamente: Doherty salió de su penúltima rehab de una clínica tailandesa para ir directo al estudio del mismo país asiático donde ser grabó el álbum) y despechados, de vuelta de todo.
Esto pasa algo de factura, claro, sobre todo al comprobar que el nervio y la furia de antaño ya no preside los cortes más uptempo del álbum (al lado de estos, algunos pasajes del último disco de Barât suenan como un cañón). Pese a ello, ‘Barbarians’, ‘Gunga Din’, ‘Glasgow Coma Scale Blues
‘, ‘Fame and Fortune’ y, sobre todo, la espléndida ‘Heart Of The Matter‘ (un nuevo clásico en su haber), están a la altura de las expectativas. Pero donde más partido se saca el cuarteto en esta nueva vida, quizá gracias al factor sorpresa, es en su faceta más reflexiva y romántica, con cortes tan bonitos como ‘Anthem for Doomed Youth’, una ‘The Milkman’s Horse’ que rememora, y no poco, algunos hallazgos de Pulp, y la preciosa ‘You’re My Waterloo‘, una vieja canción recuperada que, al parecer, escribió Pete sobre Carl.Y es que la honestidad a la que antes aludía atañe también a unas letras en las que, de nuevo, los dos líderes de la banda exhiben sus amores y diferencias, paseando sin rubor sus dificultades para rehabilitarse y seguir adelante sin las drogas (en ‘Gunga Din‘ Pete casi parece pedir perdón, aunque sea con la boca chica), exponer lo dañino de su temprano éxito (‘Fame and Fortune’), la redención que encuentran en la música (‘Barbarians’) y, finalmente, el orgullo de sobrevivir (‘Heart Of The Matter’). Sus textos, envueltos de nuevo en ese halo de romaticismo literario (hay referencias a Kipling, Wilfred Owen y al Londres de Jack el Destripador), son sin duda una baza a favor en The Libertines que hasta ahora no había sido ponderada con toda justicia. Así, descartando algunos cortes correctos pero cercanos al mero relleno (‘Belly Of The Beast’, ‘Iceman’, ‘Fury Of Chonburi’), este ‘Anthems of Doomed Youth’ conforma un regreso más que digno, coherente y apropiado para una banda que sabe que sus tiempos de mayor gloria pasaron. Y pueden contarlo, que no es poco.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Heart Of The Matter’, ‘You’re My Waterloo’, ‘Gunga Din’, ‘Fame And Fortune’
Te gustará si te gusta: Ian Dury & The Blockheads, The Clash, The Stranglers
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