Y de repente, la Epifanía. Unas trompetas tocando los primeros acordes del tema principal de la película te aceleran el corazón mientras ves aparecer las míticas letras amarillas sobre un fondo estrellado. ‘Episodio VII: El despertar de la Fuerza’. Todavía falta mucho para que Han Solo certifique con una de sus legendarias frases –Ford tiene otra vez los mejores diálogos de la película– lo que vas a sentir durante las próximas dos horas y cuarto: «Estamos en casa». Y cuando lo hace, no tienes más remedio que darle la razón.
Esto es todo lo que vamos a contarte sobre el argumento de la nueva entrega de ‘La guerra de las galaxias’. La distribuidora nos pide que seamos especialmente cuidadosos con los spoilers que puedan arruinar la experiencia a quienes llevan años esperando que este momento llegara. Siempre lo hacen. Pero esta vez tienen motivos para hacerlo. Es cierto que cuanto más virgen llegues a la sala, más vas a disfrutar de los múltiples guiños a la trilogía clásica –algunos con inteligente vuelta de tuerca incluida– y, sobre todo, de los reencuentros que ya intuías en el cartel. Aguanta la tentación de buscar información previa. Saber que Solo, Leia, Chewbacca, C3-PO o R2-D2 aparecerán en algún momento no arruina la experiencia. Que te digan cuándo y bajo qué contexto, sí.
Así que en lugar del qué, mejor centrémonos en el cómo se ha enfrentado J. J. Abrams al marrón de resucitar a estos personajes contentando a los seguidores de siempre pero sin decepcionar a todos los que se harán fans a partir de ahora. Con humildad, por ejemplo. Un buen autor sabe que hay obras que superan su ego. Que existen legados que tienes que respetar porque ya no son tuyos aunque tú los crearas. Esto es lo que George Lucas nunca entendió. Por eso falló rodando la trilogía de los años 2000, porque se preocupó más en demostrar su poderío digital que en cuidar la historia.
Todo lo contrario a lo que ha hecho Abrams, que no ha tenido ningún reparo en sacrificar todo lo que hiciera falta, incluido su famoso sello personal, para que la continuidad narrativa sea fiel a los capítulos que preceden a esta entrega. Esta vez no hay ninguna criatura ni ningún paisaje que sobre. No busques ostentación por ordenador. Todo está donde tiene que estar. Por fin llega ‘Una nueva esperanza’ –y el que quiera entender esta frase, que lo haga–. Pero ojo que esto no significa que la película se vea antigua. Todo lo contrario.
Ahí están todos los nuevos personajes para recordarte que a pesar de los déjà-vu, estamos entrando en otra etapa donde todo cambia para que todo siga igual. Y muy bien, por cierto. Si tenías miedo de que la chatarrera Rey, el piloto Poe Dameron, el arrepentido Finn, el malvado Kylo Ren o el carismático robot BB-8 pudieran sufrir del síndrome Jar Jar Binks, puedes dormir tranquilo hasta el estreno. Relájate. Ya te entrará el agobio cuando salgas y caigas en la cuenta de que te toca esperar otros dos años para saber cómo continúa la historia.
Así que lo dicho, descansa y prepárate para la experiencia, porque pese a ser lo de siempre, nunca te habrás sentido más dentro de este universo que ahora. Ya sea en tierra firme o en el espacio, la cámara se mueve con maestría para que creas –también gracias a un uso bastante acertado del 3D– que corres entre un ejército de Stormtroopers o pilotas alguna de las múltiples naves que inundan las secuencias de acción. Olvida lo de esperar a que inauguren zonas temáticas en los parques Disney para sentirte un Jedi. La realidad la tienes desde este viernes en el cine a la vuelta de la esquina. 8.