Alberto Montero / Arco Mediterráneo

Quizás al cuarto disco de Alberto Montero lo tendríamos que galardonar como el de título más ajustado del año. ‘Arco Mediterráneo’ no es solo un nombre evocador, es también una pista de lo que nos vamos a encontrar: una obra impregnada de salitre, de sol. Y sí, de mar Mediterráneo. Probablemente, el disco más mediterráneo del año, junto al de Joan Miquel Oliver. Como este, Alberto logra atrapar un sentimiento tardo-veraniego, profundo y calmo, en un álbum fuera del tiempo; tan anacrónico que encandila.

Aquí confluyen el primer Serrat, la psicodelia y el folk británico de los sesenta y setenta (Nick Drake, un leve pulso medieval a lo Shirley Collins), el indie de autor de The New Raemon o Francisco Nixon. Incluso remite a cierta canción melódica española de los ochenta (no puedo evitar acordarme de algunos temas de Ana Belén de la época). Sí; a todo esto recuerda y, a la vez, es profundamente personal. ‘Arco Mediterráneo’ es un recital de canciones morosas y bellas, de melodías claras, construidas con gran mimo instrumental, sencillez y arreglos livianos. Todo conducido por una voz hermosa, sin miedo al falsete o a la caricia.

Espero que nadie se asuste por esta exposición . Hay que acercarse a ’Arco Mediterráneo’ sin manías, dejándose llevar por sus canciones, su quietud, su contemplación serena. Empezando por ‘Vuelve a empezar’: esa flauta con la que abre, ese aire dulce de psicodelia brumosa, conseguida gracias a sus coros y tambores. ‘Cuando el aire resuena’, con su estribillo hechicero, onírico: “no solo cuelgo de la razón”, que se te pega de mala manera, rematando con unas palmas finales que, mezcladas con unos oh-oh mágicos, genera adicción; la alegría de ‘Madera muerta’, la pieza más pop, con un estribillo que le acerca mucho al último Francisco Nixon; el deje ochentero y su manera de recordar a Germán Coppini en ‘Ayer de la Tierra’; ‘Aves del amanecer’, embrujadora y melancólica a base de leves toques flamencos y ecos a Radiohead; la espectacular ‘Tormenta circular’, que pasa del folklore acústico (la guitarra pespuntea mientras él canta como si entonara un romance popular) a la psicodelia, en un giro a lo ‘A day in the life’; la absolutamente serratiana ‘Santiago de Chile’; ‘Viajeros’, que recuerda a Love y cuyo final también es amor…

Quizás ‘Puerto Príncipe’, su anterior referencia, era más accesible, más animosa. Pero ‘Arco Mediterráneo’ tiene cuerpo de obra contundente, cerrada y definitiva. Qué fácil es encapricharse de su verano eterno. Incluso en este invierno.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Vuelve a empezar’, ‘Cuando el aire resuena’, ‘Madera muerta’, ‘Tormenta circular’
Te gustará si te gusta: Joan Manuel Serrat, The New Raemon, Francisco Nixon
Escúchalo: Deezer

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Publicado por
Mireia Pería