El Mundo recuerda en su obituario que Olivier Messaiaen anotó sobre él cuando se le presentó con 19 años “ama la mús. moderna” “como un león desollado”, así como su especialización en Ravel, Debussy y unos Schönberg y Stravinski a los que antes había puesto a caldo. El País, aparte de repasar su vida
, recuerda una entrevista de 2013, muy recomendable desde su titular “A mí lo que me mueve es la transgresión”. Aquel texto comenzaba llamándole “punk”: “los Sex Pistols, comparados con Pierre Boulez, son la madre Teresa de Calcuta”. Decía, con 88 años, que estaba centrado en los aspectos tecnológicos de la música porque “más allá de los instrumentos queda muchísimo por descubrir acerca de lo que la tecnología puede aportar a la música”. Sobre su muerte avanzaba: “Me gustaría durar tanto como Elliott Carter, dos semanas antes de morir me escribió una carta bien extensa, sin ninguna falta de ortografía: la he guardado. Quisiera llegar hasta el final como él, en plenas facultades, a los 103 años”.