Es obvio que los 70 fueron el territorio más fértil del artista, y hemos elegido unas pocas piezas menos conocidas, algún descarte o rareza, pero hemos hecho hincapié en no dejar escapar algunas de las joyas -más contadas, pero joyas igualmente- de otras décadas. Como por ejemplo esa inicial ‘London Boys’ (1966), que el crítico Jon Savage considera (con razón) su primera verdadera obra maestra. O como canciones de los 80 más allá del conocido ‘Let’s Dance’ que sonaron en las radiofórmulas pero que estos días se recuerdan menos: maravillas como ‘This Is Not America’, ‘Loving The Alien’ o su última gran canción (hasta que apareció ‘Where Are We Now?’), la inmortal ‘Absolute Beginners’.
Entre esas selecciones setenteras que mencionaba hemos escogido ‘Velvet Goldmine’, una maravilla que se quedó fuera de ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars’ (pero que llegó incluso a dar título a la célebre película), o la mezcla alternativa de ‘Rebel Rebel’ (que fue single en EE.UU.), que suena muy diferente con esa inusual introducción, las congas añadidas y los excelente efectos añadidos en voces y guitarras. O ‘All The Young Dudes’, el éxito de Mott The Hoople que nunca está de más recordar que escribió Bowie. O también ‘All Saints’, una inquietante y vanguardista pieza instrumental a medias con Brian Eno que se quedó fuera de ‘Low’ (1976). También, de su excepcional disco de versiones de la era Beat (‘Pin Ups’, 1973), la muy Mick Ronsiana ‘Friday On My Mind’.
De los 90 destacamos singles incomprendidos como el ‘Jump They Say’, con su memorable línea de saxofón a ritmo de drum’n’bass o la increíble remezcla (recreación, casi) que los Pet Shop Boys hicieron de ‘Hallo Spaceboy’, pero también la delicadeza de ‘The Mysteries’, parte de su muy recomendable BSO para la serie ‘The Buddha Of Suburbia’. En cuanto a los años dos mil, ‘Slowburn’ o ‘Heathen (The Rays)’ son interesantísimos experimentos de pop, y ‘The Loneliest Guy’ (del disco ‘Reality’) una de sus pequeñas obras maestras más desconocidas, favorita por cierto de Lou Reed.
Finalmente, dos piezas de la presente década. De ‘The Next Day’, un «album track» muy hermoso titulado ‘You Feel So Lonely You Could Die’, y de ‘★’ la increíblemente bella ‘Dollar Days’, que ayer tanto escuchamos. Sus versos, que casi seguro autorreferencian su enfermedad e inminente muerte, la vuelven una escucha especialmente esencial estos días, pero no distraen del hecho de que es una -otra- maravillosa creación musical, obra de un personaje titánico que nos ha sorprendido hasta el mismísimo final.