Tony Visconti ha concedido una entrevista a Rolling Stone en la que revela que sólo una semana antes de su muerte, Bowie le llamó a través de Facetime y le dijo que quería hacer un álbum más. El artista había escrito y grabado las maquetas de cinco temas más y tenía ganas de volver al estudio por última vez. Bowie sabía que su enfermedad era terminal desde noviembre, pero Visconti cree que si quería grabar otro disco es porque pensaba que tendría más tiempo. “Me entusiasmé mucho, y pensé, y él pensó, que tendría unos meses, al menos. Obviamente, si estaba emocionado sobre su próximo álbum, debe haber sido porque pensaba que tenía unos meses más. Así que el final ha debido de ser muy rápido. No es que no quiera decirlo. No lo sé exactamente, pero debe haberse puesto muy enfermo rápidamente después de esa llamada de teléfono”.
El mítico productor de Bowie, presente en muchos de sus discos desde el segundo, relata que supo de la enfermedad hace un año. Al igual que no se reveló a los medios, sí se presentaba en las sesiones de grabación tras la quimioterapia “sin pelo o cejas”. “No había manera de que pudiera ocultar el secreto a la banda. Pero me lo dijo en privado”. A lo largo de 2015 mejoró y Bowie se mostró optimista, aunque cauteloso (“no celebres muy rápido, pero de momento está remitiendo, ya veremos cómo va”). Después, el cáncer volvió. En noviembre se había extendido por todo su cuerpo y no tenía cura.
Tony Visconti cuenta cómo fue su concierto del lunes en Toronto, un tributo a Bowie que ya estaba planeado, y niega que la salud del artista haya sido mala durante este siglo, como siempre se ha rumoreado, incluso comentando que en 2008-2009 ganó algo de peso. «No estaba enfermo, estaba de médicos por su corazón, pero es normal a su edad, mucha gente de 50 o 60 años toma fármacos por cuestiones de corazón y tiene una vida muy larga».
Por otro lado, The Guardian da veracidad a una noticia de Daily Mirror en la que se indica que el cuerpo de David Bowie fue incinerado muy poco después de su muerte y sin familiares o amigos presentes, respetando su última voluntad.