El grupo sigue interesado aquí en la distorsión guitarrera y en los teclados atmosféricos, en Sonic Youth y en los Smiths tanto como en Blonde Redhead y The Radio Dept., pero su propuesta se ha ablandado un poco ahora en busca de la canción pop melódica, y de este cambio la banda extrae canciones como soles como ‘Polígono industrial’, ‘Mineralia’, ‘La distancia sobrante’ o ‘Nadar a croll II’, pero también instantes más anodinos como ‘Un error a tu favor’ o ‘Paul & Camille’, que cuenta con una de las mejores letras pero también con una de las melodías vocales más torpes.
El diálogo chico-chica entre Andrés Federico y Reyes García, eso sí, sigue siendo el punto fuerte del grupo gracias a sus inteligentes textos, a menudo de una marcada querencia poética y salpicados por la melancolía o incluso la angustia, como en ‘Flores de Bach’ («Tú no lo sabes, pero me quieres») o en ‘Desacuerdos’, esta última con frases como «no prometas metas ideales / no marques mas días en el calendario / desoyes las alarmas y además / lo que por ti ayer ardía hoy se va apagando», que concluye con un simple pero contundente «mientes mal, mientes fatal». De pasajes como este se desprenden dos cosas, la primera, que el grupo o se echa de menos o se echa de más, no hay termino medio (y eso nutre sus letras) y, segundo, que a espíritusanto nunca le falta el humor, ya sea este costumbrista («te conozco y cabrearte es el mejor arte», canta Reyes en el single pimpinelesco ‘Polígono industrial
‘) o tétrico, como en ‘Ojalá estuvieras muerta’, que, de hecho, parece ir bastante en serio, pero eso ya es otro tema.Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Polígono industrial’, ‘Flores de Bach’, ‘La distancia sobrante’
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