5 razones por las que ‘El renacido’ debería ganar el Oscar

Hace casi un año quien esto escribe se rompió varios dedos de la mano aporreando el teclado mientras exponía las cinco razones por las que ‘Birdman’ nunca debería haber ganado un Oscar. Ahora, con los dedos en su lugar pero igual de exaltado, voy a exponer las cinco razones por las que creo que ‘El renacido’ debería ganar el Oscar. O, mejor, las cinco razones por las que ‘El renacido’ no-me-importaría que ganara el Oscar. Hago este matiz porque, en realidad, y aunque esté difícil, mi favorita sigue siendo ‘Mad Max’ (también ‘Carol’ pero, sorprendentemente, no está nominada).

1) Escribir con la cámara.
Desde que Iñárritu dejó de filmar los guiones de Guillermo Arriaga (‘Amores perros’, ’21 gramos’, ‘Babel’) y los escribió él mismo, su cine se volvió retórico y muy pobre en ideas. Malabarismos visuales para enmascarar un discurso anoréxico. ‘El renacido’, en cambio, narra una historia muy simple sin apenas diálogos, pero sus imágenes son más elocuentes que todos sus guiones anteriores juntos. El director mexicano deja la pluma a un lado y hace lo que mejor sabe hacer: escribir con la cámara. Y de qué manera.

2) Rodar hasta la muerte.
Iñárritu ha recuperado con ‘El renacido’ lo que podríamos denominar la «épica del rodaje». Nada (o muy poco) de confortables estudios y pantallas azules. Al contrario, abrir la puerta y salir a buscar la película allí donde habita. Nueve meses de rodaje cronológico, fotografiado solo con luz natural y en condiciones climatológicas muy adversas. Sufrir, padecer, sacrificarse por obtener el plano deseado sin importar lo que física y mentalmente cueste. Y que todo eso, claro está, se vea después reflejado en la pantalla. Como dijo Francis Ford Coppola: «‘Apocalypse Now’ no trata sobre la guerra de Vietnam. Es Vietnam». ‘El renacido’ no es un filme sobre la supervivencia y el sufrimiento. Es sufrimiento.

3) Leonardo DiCaprio y Tom Hardy.
Hace dos años, DiCaprio interpretó en ‘El lobo de Wall Street‘ (2013) un papel de sustrato cómico y con más líneas de diálogo que una película de Tarantino. Estaba espléndido. En ‘El renacido’, en cambio, interpreta un papel de extremo dramatismo, muy exigente físicamente y donde apenas dice cuatro palabras. Está espectacular. ¿Hacen falta más ejemplos de la variedad de registros que puede alcanzar este actor? Menos mal que esta vez el Oscar no hay quien se lo quite. Y luego está ese salvaje de la interpretación llamado Tom Hardy dándole la réplica. ¿De verdad Sylvester Stallone le va a quitar el Oscar a esta bestia?

4) Referentes muy bien integrados (o casi).
‘Dersu Uzala’ (1975), ‘Las aventuras de Jeremiah Johnson’ (1972), ‘Bailando con lobos’ (1990), la literatura de Cormac McCarthy, el cine de Terrence Malick (sobre todo ‘El nuevo mundo’)… Son muchos los referentes que se van colando por las imágenes de esta película. De la mayoría el director adopta lo mejor. Pero no de Malick. De la mala digestión de su misticismo sale lo peor de ‘El renacido’: las innecesarias alucinaciones que sufre el protagonista. ¿Suficiente para no darle el Oscar? Ni por asomo.

5) Momentos cinematográficos inolvidables.
Hay secuencias que por sí solas justifican la existencia de una película. En ‘El renacido’ hay, como mínimo, cinco: la brutal secuencia de apertura, el ataque del oso (que tanta confusión y chascarrillos generó), la persecución a caballo, el encuentro con el indio y, para no desvelar nada, la «escena del caballo». Incluso podríamos añadir una sexta: el final. Seis impactos de puro cine, tan físicos que casi se pueden tocar. Seis momentos que, con permiso de ‘Mad Max‘, bien merecen una estatuilla. 8,9.

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Publicado por
Joric