Sucedió hace 10 días. Kanye escribió en Twitter que abrir una escuela en África no sirve para ayudar al “país” (sic). Añadía: “Si quieres ayudar, ayúdame a mí”. Se refiere probablemente a su petición a Mark Zuckerberg (Facebook) de que cubra su deuda de 53 millones de dólares atendiendo a sus fantásticas ideas. Los tuits son para verlos. Reconoce que es «rico» y qu puede comprar «casas y pieles», pero dice que necesita más dinero para desarrollarse como artista porque si gasta más dinero en su arte, no podrá encargarse de su familia. Asegura que hay quien se ha dado cuenta de la gravedad de sus deudas y las está usando en su contra.
Gabriel ha decidido abrir una web llamada HELP KENYA NOT KANYE, en la que recuerda que Kenya ha triplicado su población desde 1980 y el 42% del país está por debajo de la línea de la pobreza. También recuerda que las zapas de Yeezy cuestan 200 dólares y que con ese dinero puedes colaborar con las escuelas de Kenya a través de Unicef.
Nadie entiende, por otro lado, por qué si Kanye tiene una deuda de este tipo, no saca ‘The Life of Pablo‘ a la venta y empieza a recorrer carreteras del mundo para presentarlo de gira como sus amigos Beyoncé, Madonna y todos los demás.