Pero no se asusten con este cambio de intenciones los profanos en electrónica: se mantienen intactos la intencionalidad vocal synthpop y el encanto melancólico. Además prevalecen instrumentaciones tan analógicas como el bajo o la batería, envueltas ahora eso sí en sintetizadores, efectos y ritmos que pueden asociar al norteamericano con el pop electrónico de numerosas bandas contemporáneas de moda.
Un riesgo, sonar como otros, contra el que lucha la voz desganada de Aaron Mine. Aquí la cuestión no es hacerlo mejor, sino resultar inquietante e inmediato a través de canciones cortas: los doce cortes de ‘Pool’ rondan los tres minutos de promedio y están muy lejos de buscar desesperadamente el clímax o de extenderse a través de un excesivo minutaje.
La novia de Aaron Mine, Greta Kline, le acompaña en canciones como ‘Hour‘, aportando voces además de aparecer en el vídeo, y devolviéndole así el favor que él le ha hecho alguna vez (ella es Frankie Cosmos). La complicidad entre ellos es directamente proporcional a la que producen en el oyente temas tan cargados de Autotune como ‘Security’, ‘Pool’ o, en menor medida, ‘Underwater’. Si con ellos se alcanza la abstracción máxima, con ‘Be Apart’, ‘Mood’ o ‘Glow’ lo desdibujado se torna pop totalmente cristalino.
Calificación: 8/10
Lo mejor: todos los cortes son estupendos.
Te gustará si te gustan: Junior Boys, Bob Moses o Jay-Jay Johanson.
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