Macklemore & el enjuto Ryan Lewis, este último normalmente oculto tras una capucha y haciendo poco más que saltar y saludar al final, comenzaron con ‘Light Tunnels’. Las proyecciones de ceremonias de premios, Madonna comiéndose la boca con Britney Spears, etcétera, ya anticiparon que no íbamos a aburrirnos. Y después vino lo de ‘Brad Pitt’s Cousin’ en plan lyric video acompañado de gatos, muchos gatos. Macklemore estuvo a punto de revelarse a esas horas de la noche como un auténtico plasta de los que no callan entre canción y canción, pero por suerte pronto se contuvo, dejando espacio enseguida a grandes hits (‘Thrift Shop’ la tocan la 4ª, ‘Same Love’ la 8ª -unida a ‘Growing Up’-) o entretenidos números. No se abusa de vídeos con «featurings», pero en ‘Kevin’ se proyecta uno del elegantísimo Leon Bridges interpretando su parte y ‘Let’s Eat’ es completamente divertida con su reivindicación de la libre comida. Macklemore pide que se enfoque a una chica que alegremente está cenando un sándwich en primera fila del show a las 22.45 (¡brava!) y después reparte galletitas entre las primeras filas, lanzando la última hacia el final del estadio.
Ni siquiera la polémica ‘White Privilege II’, encajada hacia la mitad, se hace pesada gracias a un cambio en su estructura. El concierto de presentación de ‘This Unruly Mess I’ve Made‘, en el que suena este nuevo disco casi entero -se echó de menos el corte con Carla Morrison- se cierra con un fiestón llamado ‘Can’t Hold Us’ y recupera en los bises una deliberadamente hortera ‘And We Danced’ con proyecciones de Matt Damon o Lady Gaga y la explosiva ‘Dance Off’, en la que el reto de baile propuesto por su estribillo lo protagonizan dos animados fans de la primera fila, chico y chica. Hacía mucho tiempo que no me reía tanto durante un concierto.
Macklemore & Ryan Lewis no hacen ningún mal al mundo. De hecho, hacen mucho bien en muchos terrenos. «Esta es la de los maricas», se oyó decir despreciativamente a una nini cuando tocaron ‘Same Love’. Así está el patio en las calles aunque finjamos otra cosa. Por eso se agradece que su decena de personal sobre el escenario, lo que incluía un MC, un trompetista sin camiseta, cuerdas y coros, lo dé todo para alegrar el día al público. Cosa que consiguieron con creces. La fiesta final fue cosa de ‘Downtown’, con Eric Nally o alguien disfrazado de él (¿de verdad se lo llevan de gira para un tema? Bueno, igual no tiene nada mejor que hacer) dando botes por todo el escenario y proyecciones urban de lujo de veteranos del hip-hop. Las últimas que veremos en la ciudad en bastante tiempo. 8.
Foto principal: Live Nation