Pero la perspectiva desencantada de Luque no se traduce en canciones cínicas o iracundas. Ha bajado las revoluciones respecto a ‘Perspectiva Caballera‘, articula casi todo en medios tiempos y adopta un tono agridulce, de espectador que observa el espectáculo con cierto desencanto, mientras reivindica el «carpe diem» cotidiano frente a las adversidades. El máximo exponente es la excursión de ‘La ciudad provisional‘, con la Semana Santa de Sevilla como tierra prometida, que se ondula entre ecos de sevillanas y el cancionero de Serrat. Sobre la codicia trata la curiosidad del disco, que es ‘La fiebre del oro‘, un tema Western; no en vano, abre con la inmortal melodía de ‘El bueno, el feo y el malo’ de Ennio Morricone y contiene unos llamativos coros, como de pioneros trotando por las praderas.
‘Manía persecutoria‘, puya contra la moderna inquisición de las redes sociales, cándidamente apocalíptica («Vuelan los gorriones, vendrá el halcón»), está repleta de cuerdas que la hacen crecer a medida que se desarrolla. La chanza de ‘Walden’, a costa de la obra homónima de Thoreau
, donde relata su intento fallido de vivir solo en la naturaleza, deviene un irónico y chispeante final de disco. Aunque la mejor, el próximo gran clásico Chinarro, es ‘El progreso‘. Cantada a dúo con Soleá Morente, es tan bonita, tan desprejuiciadamente cursi («Yo creeré en el progreso / cuando pueda darte un beso»), tan tierna y, a la vez, tan reivindicativa, que va directa al panteón de canciones chinarras que hacen llorar.Pero no todo es progreso (y sus consecuencias). Hay raptos sentimentales como ‘El castigo’ o ‘La mujer‘, una sentida balada con un crescendo muy Planetas (no en vano, Florent está a la guitarra). Como Planetas es también la inicial y autobiográfica ‘Efectos especiales‘, recitado sobre línea de bajo -con J a los coros, cuya voz parece contagiar a la de Luque-, que rompe en un gran estribillo que también remite a los granadinos. ‘Maravilla’ es una ídem que abre como ‘Mr. Shoji’ de Single, pero que enseguida vira a un airecillo a ratos tropical, a ratos de pasodoble. Esta y ‘Walden’ ponen el broche alegre pero consciente, sarcástico pero tierno, de ‘El progreso’. El indicativo que nos da Luque de que, aunque todo parezca que marche mal, por más tropiezos que tengamos, hay que tirar para adelante. Porque siempre encontraremos cosas que harán que valga la pena vivir en este esperpento.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Efectos especiales’, ‘La ciudad provisional’, ‘Manía persecutoria’, ‘El progreso’, ‘Walden’
Te gustará si te gustan: Los Planetas, Grupo de Expertos Solynieve.
Escúchalo: Spotify
Cómpralo: web de El Segell, Amazon