El proyecto audiovisual que acompaña a ‘The Waiting Room’ no debería resultar extraño a quien conozca la carrera de Tindersticks: para empezar, habéis compuesto la banda sonora de varias películas y por otro lado vuestra música tiene una cualidad cinemática ya de por sí. ¿De dónde procede esta fascinación con el cine?
Recuerdo que, cuando era niño, alguna vez me saltaba las clases para quedarme en casa viendo películas, así que siempre me he sentido atraído hacia ese mundo. Luego, cuando conocí a David (nde: Boulter, pianista y miembro fundador de Tindersticks), creo que nuestra amistad y la propia banda comenzaron con su fascinación con las bandas sonoras y mi fascinación por cantar; esa combinación fue lo que dio lugar a Tindersticks. Siempre nos ha interesado la parte visual de la música, pero con los años me he dado cuenta de que sobre todo me inspiran las ideas y la gente y he encontrado una gran fuente de inspiración en gente como Claire Denis. Aun así, no me gustaría dedicar todo mi tiempo al cine, para un músico es algo distinto, hay una menor sensación de libertad.
Si no me equivoco, hay un cortometraje para cada cada canción del disco. ¿Hay alguno que te llame especialmente la atención?
Diría que la que más me ha llamado la atención es ‘We Are Dreamers’, dirigida por Gabriel Sanna, pero no estaría siendo justo. Todos tienen algo en especial, porque además el proceso de encontrar a un director para cada vídeo fue minucioso. Lo que pasa es que el corto que Gabriel creó para ‘We Are Dreamers’ fue el primero que vi, el primer fruto del proyecto, algo que llevaba esperando mucho tiempo. En ese sentido, tiene algo de especial, pero hay algo especial en todos los demás, claro.
«Lo único que le comentamos a cada director es que los cortos no debían ser narrativos, sino más bien espacios en los que pudiese vivir cada canción»
Además del corto de ‘We Are Dreamers’, también he podido ver el de ‘Hey, Lucinda’. Ambos muestran paisajes grises, melancólicos. En la nota de prensa decís que acompañan visualmente al álbum. ¿En qué sentido crees que son los compañeros visuales para cada canción?
Cuando nos propusimos este proyecto, sobre todo teníamos claro que no podían ser cortos muy distintos entre sí, que tenía que haber una unidad y esa unidad se la da la música del álbum. Lo único que le comentamos a cada director es que los cortos no debían ser narrativos, sino más bien espacios en los que pudiese vivir cada canción. Por ejemplo, el corto de ‘Hey, Lucinda’, refleja con sus paisajes e imágenes el paso del tiempo y eso es algo con lo que también jugamos en la canción, con los arreglos de cuerdas reproducidos al revés. También refleja el paso del tiempo porque cuando el tema se grabó, Lhasa aún estaba viva.
Vais a hacer una serie de conciertos especiales, ‘The Waiting Room Cine-Concert live events’. ¿En qué van a consistir?
En esos conciertos, vamos a estar delante de una gran pantalla, tocando ‘The Waiting Room’ de principio a fin, pero no va a ser simplemente tocar mientras se ven las imágenes, ya que nosotros mismos tendremos control sobre las imágenes desde el escenario. Vamos a controlar tanto lo que tocamos como lo que se verá detrás. De todos modos y, aunque tengo ganas de ver qué tal van a funcionar estos conciertos, me gustaría que estas nuevas canciones suenen también por sí solas, fuera del contexto audiovisual, quiero que gocen de la misma libertad que el resto de nuestro repertorio, sin que estén sujetas a unas imágenes.
Cuando retomasteis la banda con ‘The Hungry Saw’ y, especialmente en trabajos como ‘Falling Down A Mountain’, optasteis por un sonido mucho menos complejo, menos orquestal, pero con nuevas canciones como ‘Were We Once Lovers’ o ‘How He Entered’, tengo la sensación de que poco a poco vais volviendo a aquellos tiempos en los que los arreglos orquestales eran una parte íntegra de la banda. ¿Estoy en lo cierto? ¿Qué os ha movido a hacerlo?
Cuando empezamos con Tindersticks, había mucha ambición y una manera de expresar ese sentimiento era haciendo uso de una orquesta. Creo que ‘The Waiting Room’ es un trabajo ambicioso, mucho más que ‘Falling Down A Mountain’ y si eso nos lleva de nuevo a contar con más arreglos orquestales, es algo con lo que estaría encantado, pero al final todo viene de las ideas que se nos van ocurriendo. Creo que no puedo controlar demasiado esas ideas, simplemente las aceptamos o no, pero si las aceptamos, nos dejamos llevar por ellas.
«He necesitado mucho tiempo para volver a escuchar la voz de Lhasa, ha sido un proceso largo, de casi cuatro años»
Como comentábamos antes, ‘Hey, Lucinda’ cuenta con la voz de la tristemente desaparecida Lhasa De Sela. No es un tema nuevo y es de suponer que el fallecimiento de Lhasa ha retrasado el lanzamiento del tema. ¿Qué os hizo sentir que este era el momento de incluirlo en un álbum?
He necesitado mucho tiempo para volver a escuchar la voz de Lhasa, ha sido un proceso largo, de casi cuatro años. El año pasado me apeteció escucharla de nuevo y sentí algo especial al escucharla, no estaba escuchando la canción ‘Hey, Lucinda’, escuchaba un momento que había compartido con Lhasa, cantando juntos. Ese recuerdo me llevó a proponer a la banda retomar el tema y crear nuevos arreglos, nuevos paisajes en torno a aquel momento. El resultado final al que hemos llegado ahora es muy distinto a lo que se nos ocurrió hace cuatro/cinco años, todo ha fluido de manera diferente.
¿Cómo surgió la colaboración con Jehnny de Savages? ¿Es fan de Tindersticks? ¿Eres fan de Savages?
Hasta hace año y medio, no nos conocíamos personalmente, pero sí sabíamos el uno del otro y nos invitaron a cantar en un concierto que hubo en Londres, en el que se homenajeaba la música de las películas de David Lynch. Yo ya estaba trabajando en ‘We Are Dreamers’ y me faltaba algo para la canción. Cuando la escuché cantar en aquel concierto, supe que había encontrado ese elemento y que tenía que proponerle colaborar. Tiene una presencia y una fuerza perfectas para la canción y aceptó encantada. En diez minutos ya se había preparado su parte. Parece que la canción estaba hecha para ella.
Para terminar y, volviendo a vuestra próxima gira, entiendo que no todos los conciertos serán ‘The Waiting Room Cine-Concert live events’. ¿Cómo serán el resto de los conciertos?
Habrá diferencias obvias, porque en un concierto normal, no seguimos una estructura, no tenemos setlist. Vamos tocando las canciones según nos nace y yo generalmente estoy con los ojos cerrados mientras canto, probablemente le pase lo mismo al público también. Aunque el resto de conciertos no vaya a tener un componente visual tan fuerte, en algunos contaremos con orquesta, o sea que en el fondo hay un equilibrio… quitas algo y pones otro elemento en su lugar.