Noel Gallagher en La Riviera: lo que le dio la gana, como le dio la gana

No hay muchas bandas que puedan presumir de unos seguidores tan fieles como Oasis. Aunque los hermanos Gallagher eligieron caminos separados, cada vez que uno ha venido de gira por nuestro país, se ha encontrado con salas repletas de fans enloquecidos. Sucedió cuando Liam vino en dos ocasiones con Beady Eye y ha sucedido cuando Noel nos ha visitado con sus High Flying Birds. Anoche tenía lugar en Madrid la primera de las dos citas que el hermano mayor de los Gallagher tiene en España y el cartel de «sold out» para el concierto de La Riviera llevaba meses colgado. Era de esperar, por tanto, que íbamos a vivir una gran noche.

Antes de que Noel saliese a presentar su notable ‘Chasing Yesterday‘ (álbum que vio la luz el año pasado, pero que le sigue llevando a lo largo y ancho del globo terráqueo), los neoyorquinos Augustines procuraron caldear el ambiente con sus intensas canciones, de inspiración folk, pero electrificadas, como si Mumford & Sons hubieran llevado guitarras eléctricas desde el comienzo. La lástima es que, en el caso de los de Brooklyn, la intensidad era demasiada, sin apenas matices, lo cual resultaba en algo un poco exagerado. Lograron entretener, pero poco más: las mentes estaban concentradas en que llegara el momento en el que Noel y su banda pisaran el escenario.

La banda sonora de ‘El bueno, el feo y el malo’ precedía la salida a escena del mancuniano, quien dio comienzo a su set, como habitualmente hace, con ‘Everybody’s On The Run’, de su primer LP en solitario, y el fervor, los coros estilo hooligan y la emoción no cesaron durante la hora y media larga que duró el concierto. Para un fan de Oasis de los de toda la vida, pero que también disfruta de las nuevas composiciones en solitario, el concierto rozó la perfección: además de repasar novedades como ‘Riverman’, ‘Lock All The Doors’ o ‘The Mexican’ y hits de Oasis como ‘Champagne Supernova’, Noel hizo las delicias del respetable rescatando caras b de Oasis como ‘Talk Tonight’ o ‘D’Yer Wanna Be a Spaceman?’.

Aunque desgranó unos cuantos temas de su antigua banda, en ningún momento daba la sensación de que Gallagher estaba haciendo concesiones al público, pues tocó en todo momento lo que le dio la gana y como le dio la gana: tras una majestusa ‘The Masterplan’, la banda se despidió momentáneamente para volver con un escueto bis que empezó con una ‘Wonderwall’ que Noel cantó de una manera un poco distinta a la que lo hacía su hermano menor. En repetidas ocasiones el público le suplicó que tocara ‘Live Forever’, hasta cantando a coro un buen trozo de la canción, pero no hubo manera. Cero concesiones en el fondo. Si acaso, por ceder un poco, Noel se despidió con ‘Don’t Look Back In Anger’, el que probablemente fuera el momento más especial de la noche, de total hermanamiento entre banda y público. Muchos seguirán deseando la vuelta de Oasis, pero propuestas así no palidecen en absoluto. Por mí, ningún problema en que Noel siga a su ritmo, grabando discos muy competentes y ofreciendo grandes conciertos como el de anoche.

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Publicado por
Miguel Sánchez