Como veis, el texto de la contraportada de ‘NPI de música’, el libro de Joaquín Rodríguez de Los Nikis, va al grano. El bajista de la banda más querida y homenajeada del punk pop español parece subestimarse en este libro en el que va contando paso a paso cómo formar un grupo sin tener ni idea de nada, situando el factor «suerte» como determinante para elegir quién canta, quién toca qué o qué te lleva a tener cierto éxito comercial y un número 1 en Los 40 Principales. Afortunadamente este no es un manual llorica ni mucho menos falto de autoestima, sino más bien gamberro y entretenido que va a gustar a sus fans y a todos aquellos que tengan cierta curiosidad por lo que fue la escena DIY -o «hazlo tú mismo»- durante los años 80.
Todos esos avisos sobre el arte de «dar el pego» sirven más que nada al lector para que no espere un gran libro en cuanto a estilo. El lenguaje utilizado por Joaquín Rodríguez es campechano y oral, con el autor anteponiendo la naturalidad y el humor al glamour y al mito. Así, describe por ejemplo de manera desenfadada a su público medio como «varón, manchego, poco o nada sofisticado y con un IMC superior a 30»; y concluye sobre un viejo vídeo propio, el de ’10 años en Sing-Sing’: «he buscado ese vídeo en internet y no está. Menos mal».
Pero la historia de su grupo sí es interesante y no hay que minusvalorarla debido a su modestia. En ‘NPI de música’ hay fascinantes cameos de Dinamita pa los pollos, Aerolíneas Federales y los geniales Ataque de Caspa, pero también aparecen personajes más improbables como David Summers de Hombres G, la ex ministra González-Sinde o Jaime de Marichalar, al tiempo que asistimos a algunos momentos de la historia del pop español que no deberían olvidarse: la sorprendente asociación entre Los Nikis y el nazismo por la letra de ‘El imperio contraataca’, el despilfarro al grabar vídeos en TVE, las cuestionables maneras de formar escenarios y backstage juntando tractores, las giras de los Ramones por nuestro país o el viaje en tren de grupos de la Movida a Vigo con el inaudito eslogan «Madrid se escribe con V de Vigo», que terminó como el Rosario de la Aurora. Y una de las virtudes del libro es que en varias ocasiones continúa en Youtube.
La estructuración en capítulos en los que Joaquín Rodríguez va explicando su manual sobre cómo formar un grupo sin tener «ni puta idea» es lo de menos. A veces sus planteamientos son interesantes, como cuando indica que «hay que huir como de la peste» de hacer primero la letra y luego la música de una canción, o cuando explica su odio hacia los letristas que cambian el acento de las palabras para encajarlas en una canción de mala manera; pero lo importante es que todas estas cuestiones sirven de vehículo para conocer un poco mejor la historia de un grupo que todavía recibe homenajes, y también las de sus proyectos aledaños, lo que incluye desde Los Acusicas a Negros S.A. con Alaska pasando por una exitosa carrera como piloto en Iberia… 7.