A todos los efectos, ‘I Can’t Give Everything Away’ es la última canción de David Bowie, al menos hasta que se publique ese material inédito que, según su productor, Tony Visconti, el músico dejó acabado y «dividido por eras» antes de morir. De momento, no deja de atraernos escuchar ‘Uncle Arthur’ y ‘I Can’t Give Everything Away’ seguidas y pensar en la espectacular línea del tiempo que trazan, marcada por la publicación de varias obras maestras que han influido profundamente en el desarrollo de la música popular moderna y seguirán haciéndolo en los años venideros.
Producida, como todo el disco, junto a Visconti, ‘I Can’t Give Everything Away’ es una canción densa que combina paisajes de sintetizador prominentes, como de ciencia ficción, con un ritmo (más o menos) bailable noventero y los arreglos de saxofón de Donny McCaslin y de guitarra de Ben Monder. Pero quizás el elemento más destacable de la canción es su sample de ‘A New Career In Town’ del propio Bowie, una de las canciones incluidas en su álbum de 1977, ‘Low’
. El resultado es una composición melancólica, de ritmo propulsivo, que va hacia adelante sin detenerse un segundo, lo que la convierte en un perfecto cierre tanto para el disco como para la carrera de Bowie, y en una perfecta despedida, a su vez.En su letra, Bowie parece anunciar su inminente partida. «Sé que algo va muy mal / vuelve el pulso para los hijos pródigos / los corazones apagados / las noticias con flores / con diseños craneales en mis zapatos / no puedo dar todo de mí». Sin embargo, el texto no deja un mensaje negativo; al contrario, en él Bowie parece despedirse recordando que el mayor objetivo de su carrera ha sido el misterio. «Ver más y sentir menos», canta. «Decir no pero querer decir sí / eso es todo lo que quise decir / ese el mensaje que envié».
Ha realizado el «lyric video» para ‘I Can’t Give Everything Away’ Jonathan Barnbrook, veterano diseñador gráfico y autor de la portada de ‘Blackstar’ y de todas las portadas de discos de estudio de Bowie desde ‘Heathen’. Su intención con esta pieza, cuenta, ha sido enfatizar la actitud positiva frente a los baches de la vida. “Pese a la adversidades a las que nos enfrentamos, como la muerte de David [Bowie], el ser humano es naturalmente positivo, mira hacia adelante y coge lo bueno del pasado y lo usa para ayudar en el presente», expresaba. «Somos una especie naturalmente optimista y celebramos lo bueno que nos es dado”.
De momento, la única posición comercial destacable alcanzada por ‘I Can’t Give Everything Away’ ha sido un top 45 en Suiza, mientras en Reino Unido su máxima posición ha sido un top 141 y en Estados Unidos un top 39… en US Hot Rock Songs (una de sus varias clasificaciones irrelevantes). Nada de esto importa, en realidad, pues lo que se ha comprado la gente ha sido el disco, que se acerca ya a los 2 millones de copias en todo el mundo, muy por encima de lo vendido este año por la mismísima Rihanna, según datos de Mediatraffic recopilados en UK Mix:
BEST SELLING ALBUMS OF 2016
1. «25» Adele – 2,750,000 (Total: 17,722,000)
2. «Blackstar» David Bowie – 1,689,000
3. «Purpose» Justin Bieber – 1,367,000 (Total: 4,326,000)
4. «A Head Full Of Dreams» Coldplay – 965,000 (Total: 2,768,000)
5. «Anti» Rihanna – 768,000