¿Suficiente para contarnos (colarnos) otra vez la misma historia? Ni por asomo. ‘Victor Frankenstein’, como su propio cartel indica (calcado al de ‘Sherlock Holmes’), es una buddy movie de aventuras victorianas que intenta emular el saludable espíritu juguetón de las películas de Guy Ritchie sobre el detective de Baker Street y aplicar su mismo subtexto homófilo. El problema es que ni el anodino Daniel Radcliffe ni el histriónico James McAvoy tienen la misma química e ironía en la mirada que la de la pareja formada por Downey Jr./ Law. Ni, por supuesto, el aplicado e impersonal Paul McGuigan (‘El caso Slevin’, ‘Push’) el mismo sentido del humor y de la acción que el controvertido pero siempre estimulante Ritchie.
‘Victor Frankenstein’ es un ejemplo más, y no demasiado logrado, de las muchas reinterpretaciones (o pastiches, según se quiera) en clave steampunk que, con los tebeos de Alan Moore como principal referente, se están realizando en Hollywood desde el éxito de ‘Van Helsing’ en 2004. Una nueva transformación de un mito clásico del terror en un monstruo intertextual compuesto por pedazos de películas de acción, melodramas románticos (hay algo también de la bella y la bestia), guiños para iniciados (la mención de Henry Frankenstein) y victorianismo digital. Nada que no se pueda encontrar en cualquier capítulo de la serie ‘Penny Dreadful‘, pero mucho peor. 4,5.