Sexy Zebras en tetas

El concierto final del ciclo Girando por Salas, que premia a artistas emergentes (el 3 de mayo se abre una nueva convocatoria) reunió a dos bandas totalmente diferentes: la de Carmen Boza y Sexy Zebras. Apenas tenían en común basarse en el formato trío. Lo de ella fue un concierto de pop-rock español de toda la vida, con alguna pequeña inspiración americana. Entre lanzamientos de ropa interior programados por sus fans («espero que esté limpio», respondió ella) y alguna enternecedora historia narrada entre canción y canción, como la de su padre, que ha decidido dejar el trabajo y comprarse un barco, Boza fue desgranando temas de ‘La mansión de los espejos’ como ‘No me parezco’, ‘El mayordomo’, ‘Mi do menor’, ‘Señales’, su hit ‘Culpa y castigo’ o, para finalizar, ‘Fin’ y ‘Octubre’. Canciones amables y correctas, tampoco demasiado memorables que, no obstante, diría que tuvieron algo más de público que el concierto que vendría poco después de Sexy Zebras.

El trío autor de ‘Hola, somos los putos sexy zebras‘ salió a matar, descamisado, con ganas de darlo todo desde el primer minuto. Su idea de desperdigar sus temas más vistosos en torno a la hora de concierto fue muy buena, y así, fueron entreteniendo ‘El semental’ en segundo lugar, hacia la mitad ‘La máquina’, y el trío ‘Búfalo blanco’, ‘Hijo de puta’ y ‘El fugitivo’ aka «Mi madre era ramera» como traca final. En un momento dado el bajista y cantante Gabriel Montes se desahogó con un sonoro «panda de maricones, pasadlo bien» que definitivamente nos hizo recordar a Molotov, si bien los mexicanos igual no se habrían lamido la cara llena de sudor con tanta alegría como lo haría el mismo Montes con el guitarrista y también vocalista Jose Luna poco después. Ahí recordaron un poco más a los primeros Placebo. Ecos de garage, algo de rock polvoriento y el gamberrismo de los mejores Red Hot Chili Peppers son la clave de una banda que huele a «festival killer» por doquier.

Foto: Samantha López.

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Publicado por
Sebas E. Alonso