‘Feis tu feis’: Reyes contra Reyes

Esta noche Cuatro ha estrenado ‘Feis tu feis‘, su propio programa de entrevistas, ahora que el éxito de Bertín Osborne en TVE primero y en Telecinco después ha devuelto al primetime este género televisivo tan mítico que parecía desterrado para siempre (todo vuelve, amigas). Pero claro, la cadena enrollada necesitaba un formato fiel al estilo de la cadena: al espectador medio de Cuatro no le pega ni el señorito andaluz campechano y misógino ni la periodista de raza en pijama (la próxima semana regresa ‘Dos días y una noche’, de Susanna Griso). Y han dado con la tecla perfecta: Joaquín Reyes y sus famosísimas caracterizaciones de famosos, los «Celebrities».

Adaptando ‘How To Be’, un formato de éxito en Suecia, Alemania e Israel, la dinámica del programa consiste en que Reyes estudia a su invitado durante una semana (esa es, veladamente, la parte de la entrevista, en la que el protagonista desvela detalles poco conocidos de su vida) para aprender a ser él, caracterizarse e imitarle, muy a su manera, claro. El colofón del programa llega cuando, finalmente, es el invitado el que entrevista al co-autor de ‘Muchachada Nui’, en una especie de meta-«Celebrities».

Lo cierto es que la idea no sólo es original, sino que le va que ni pintada a un actor y humorista como Reyes. Hoy el invitado era Pablo Iglesias y posiblemente este programa, en el que hablaban sobre él tanto amigos (la cúpula de Podemos, Manuel Monereo…) como archienemigos (Miguel Ángel Rodríguez, Francisco Marhuenda…), haya contribuido a que llegue a caer un poquito mejor a los más reticentes hacia la figura del líder político.

Del espacio destaca, primero, el ágil ritmo del programa, que alterna miniencuentros entre imitador e imitado en lugares simbólicos para el invitado con escenas de la preparación del papel por parte del actor (resultó hilarante el encuentro con el actor e imitador Raúl Pérez), especialmente diseñados para el lucimiento de Reyes y sus chanzas. Y después, y sobre todo, funciona un guión bastante laxo y coloquial, con tacos y chascarrillos por doquier.

El colofón, por supuesto, llega con la «auto-entrevista» final. En ella, Joaquín Reyes hace una de sus descacharrantes personificaciones, con el añadido de hacerlo en la puta cara del imitado (Iglesias pareció tomarlo con bastante humor, aunque el montaje lo mostraba algo encorsetado por el guión). Huelga decir que es lo mejor del programa (y la cadena demuestra que lo sabe con una larga pausa publicitaria), si bien, al menos en esta primera emisión, se pierde un poco toda esa espontaneidad que sobresalía en la primera parte del espacio. Quizá ese sea el principal peligro, que Reyes acabe por fagocitar el protagonismo del show por delante, incluso, del invitado. 7.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Raúl Guillén