Mark Kozelek / Sings Favorites

Uno que va… entra a un oscuro y decadente piano-bar y se encuentra a Mark Kozelek con una copa, sentado en un taburete al lado del piano. Se percibe en él esa falsa serenidad de los que están expiando sus males cantando -y bebiendo-. Pero no canta sus canciones como Sun Kil Moon, ni siquiera las de Red House Painters. Canta canciones eternas, con cierta emoción descontrolada que le impide evitar que se le escape algún gallo que otro. Canciones que parecen mantenerle absorto y que, en buena medida, todo el mundo conoce e, incluso, algunos se atreven a canturrear por lo bajini, sin venirse arriba. No vaya a ser que ese pedazo de oso grizzly con mala cara junto al piano se pueda molestar.

Me gusta imaginar así la grabación de este nuevo disco de versiones (una suerte habitual a lo largo de toda su carrera) de Mark Kozelek, y me ayuda a disfrutar más de él. Despojándolo del romanticismo de esa escena, si uno imagina a Mark grabando sus voces en el estudio sobre los pianos grabados en otra sesión de Chris Connolly (de Desertshore, su Pablo Sebastian particular), la cosa pierde magia y se vuelve un disco más frío. Especialmente en la primera parte del disco, por su austeridad.

‘Mark Kozelek Sings Favorites’ es, evidentemente y sobre todo, un capricho personal del músico por reunir y mostrar algunas de las canciones que, como indica su título, han marcado su vida en alguna manera. Tiene, por eso, un carácter sobre todo documental, especialmente indicado para fans que quieran ver su lado tierno, alejado del chungo (que suele emerger más a menudo). Enseguida llama la atención, y divierte, la inclusión de canciones que, en principio, podrían parecer muy ajenas a él, y por eso parecen evocar más a lo sentimental que a lo formativo. Es el caso de ‘Send In The Clowns’ (del musical ‘A Little Night Music’, de Stephen Sondheim, que popularizaran tanto Frank Sinatra como Judy Collins), ‘Somewhere Over The Rainbow’ (de ‘El Mago de Oz’) o ‘Moon River’ (de ‘Desayuno con diamantes’). Del otro lado, las adaptaciones de Bob Seger (‘Mainstreet’), Roy Harper (‘Another Day’) entran dentro de lo probable y sorprenden mucho menos.

Todas aquellas se enmarcan, como indicaba antes, en un marco de austeridad formado por el piano de Connolly y la peculiar voz de Kozelek y resultan, salvada la sorpresa inicial en algunos casos, bastante académicas y predecibles. Lo mejor y más salvable, tanto en lo musical como en lo emotivo, llega con las numerosas colaboraciones que presenta el disco, nada estridentes pero sí muy palpables. Son leves coros (aquellos que tímidamente se unían a veces al oso grizzly), pero cruciales, que dan una dimensión diferente a la siempre emocionante ‘I’m Not In Love’ de 10 CC, a los tradicionales ‘Get Along Home Cindy’ y ‘O Holy Night’, a ‘Win’, de David Bowie (extraída de ‘Young Americans’) o a ‘Float On’, de Modest Mouse. Unos coros en los que intervienen invitados del relumbrón de Mike Patton (Faith No More) o Rachel Goswell (Slowdive), y a los que se unen también Mimi Parker (Low) y Will Oldham (Bonnie «Prince» Billy) (excelsos en ‘Amanda’, de Waylon Jennings). Hasta la actriz Minnie Driver se pasa por aquí para hacer de Nancy Sinatra en la eterna ‘Something Stupid’. Con esos coros, la visión del piano-bar se hace más nítida y ‘…Sings Favorites’ se vuelve más entrañable. De otro modo, no es sino un disco de versiones más con algunas curiosidades.

Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘I’m Not in Love’, ‘Amanda’, ‘Float On’, ‘Send in the Clowns’
Te gustará si: si fantaseas con encontrarte a Mark Kozelek en un piano-bar.
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Publicado por
Raúl Guillén