Tras hablar de la variedad del cartel, que de nuevo comenzará por la mañana con conciertos para niños como Petit Pop (con miembros de Pauline en La Playa o Nosoträsh) e incluso algún nombre grande como León Benavente (serán hacia la 13.30), Ramón Martín ha explicado su intención de extender la duración del festival hasta las 6 de la mañana, cuando abre el metro, tildando la opción de poner autobuses nocturnos como «márketing». «No podemos sacar a veintitantas mil personas en autobuses a las cuatro de la mañana», ha dicho. Martín ha hablado de lo importante que es la mujer en Dcode como público asistente, reconociendo el caos que se vivió en cuanto a cuartos de baño en la tercera edición. «Hubo un 60% de chicas en el festival y no lo esperábamos. Nos vimos desbordados. En un festival todo el mundo bebemos a las mismas horas, vamos al baño a las mismas horas y queremos ver a los mismos grupos a las mismas horas». Roberto Grima ha añadido que un porcentaje importante de los artistas que tocan son chicas o contienen chicas entre sus miembros. «No lo hemos buscado, ha surgido así, pero es una cosa a destacar», ha añadido.
Ambos han respondido cuestiones sobre el botellón (se seguirá sin poder salir del recinto, ahora a partir de las 18.00 por un tema de «limpieza») y sobre la competencia de Mad Cool. Sin especificar que Live Nation, promotora de Dcode, colabora en cierta medida con el nuevo festival madrileño, y tras reconocer las críticas que ve en las redes sociales hacia el nuevo cartel de Dcode, ha declarado: «Me dicen que me están eclipsando, pero a mí no me está eclipsando ningún festival. Lo que queremos es que la gente consuma música. Si yo pongo una tienda y alguien pone una tienda al lado, mejor, vendrá más gente a comprar».
Además de pedir el apoyo de los medios de comunicación, en lugar de especular «sobre si el suelo de un festival se va a caer o no», en clara referencia a la polémica que desde El Mundo salpicaba Mad Cool, también ha querido hablar sobre los cachés de los artistas. «Tenemos unas limitaciones y hay cosas con las que no podemos competir. Nuestro espacio y presupuesto son limitados y no podemos gastarnos el 40% del total en el caché de un artista. Preferimos invitar a 10 ó 20 artistas y no sólo a uno que limite toda la contratación». Más tarde recalcaba: «Hemos huido de pagar 500.000 euros, el 40% de nuestro presupuesto, a un solo artista».
Bastante deslenguados en cuanto a datos para lo que suelen ser este tipo de eventos, los codirectores han contado ante la prensa que se han vendido ya 4.000 entradas y que el precio subirá de 35 a 39 euros esta noche. «Por muchos de los artistas del cartel ya se pagan unos 25 euros», indicaba Roberto Grima.